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La importancia sanitaria del control de plagas II
6 Mayo, 2015
Ya hemos hablado anteriormente sobre la importancia que tiene el control de plagas en el ámbito sanitario. Y es que algunas de las plagas más frecuentes, como las cucarachas o los roedores, pueden trasmitir al ser humano distintas clases de enfermedades, actuando como vectores de transmisión de diversos tipos de bacterias, hongos, virus o parásitos. Por otra parte, no hay que olvidar, por su relevancia, otras incidencias en la salud derivadas de la presencia de estas plagas en nuestros hogares o lugares de trabajo: las reacciones alérgicas y el asma.
Esta semana, con motivo del Día Mundial del Asma, celebrado cada año el primer martes del mes de mayo, la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA) ha avisado precisamente del riesgo de este tipo de patologías asociadas a cucarachas, ratas y otras plagas. Según la Directora General de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta, a los contaminantes habituales como el humo del tabaco, el monóxido de carbono o los ácaros del polvo, hay que añadir la exposición continua a ciertas plagas, como uno de los principales desencadenantes directos de alergias y ataques de asma.
Es decir, que las posibilidades de sufrir asma, rinitis, eczemas y otras reacciones alérgicas, respiratorias o cutáneas, aumenta considerablemente en los hogares y espacios en los que existe una exposición constante a cucarachas, roedores y otros tipos de organismos nocivos. Desde ANECPLA se ha subrayado también la importancia de la prevención en aquellos colectivos más vulnerables como los niños, los ancianos o aquellos pacientes aquejados de enfermedades respiratorias y/o cardiacas, en especial ahora con la llegada del buen tiempo, la subida de las temperaturas y la consecuente proliferación de estos animales.
Según la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica, las cucarachas son una causa relativamente frecuente de alergia. Esto se debe a que desprenden partículas microscópicas a través de sus heces, saliva, huevos o partes del cuerpo, que flotan en el aire, pudiendo comportarse igual que otros alérgenos. La alergia a las cucarachas puede aparecer aislada o asociada a otros tipos. Puede existir también la reactividad cruzada frente a las tropomiosinas, unas proteínas presentes en estos insectos pero también en ácaros, crustáceos, algunos moluscos o en el nematodo parásito Anisakis.
Por su parte, los alérgenos desprendidos como consecuencia de la presencia y actividad de ratas y ratones, también pueden contribuir al desarrollo del asma alérgico entre la población infantil. Así, según varios informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 61% de los niños que habitan entornos urbanos y están expuestos a niveles detectables de alérgenos de roedores, son más propensos a padecer asma.
Una vez más se demuestra que la presencia de cucarachas, ratas, ratones y otras plagas, además de una simple molestia, puede convertirse en un serio problema de salud pública. El control de plagas resulta, por tanto, imprescindible para la protección del ambiente sanitario y el mantenimiento de una adecuada calidad de vida.
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