Las plagas asaltan a la Guardia Civil

3 Junio, 2015

Cuando se dan las condiciones óptimas de alimento, humedad y temperatura, las plagas aparecen sin previo aviso y sin hacer ningún tipo de distinción entre las personas que las sufren. Ni siquiera la autoridad se ve libre de ellas. Es lo que le está ocurriendo en los últimos días a la Guardia Civil, con varios episodios de infestación por distintos tipos de organismos nocivos.

Por un lado, la casa cuartel de este cuerpo de seguridad en la localidad madrileña de Galapagar, lleva sufriendo desde hace casi dos años el azote de las plagas. Si primero fueron las termitas, que hicieron su aparición en el año 2013, desde hace aproximadamente un año también las ratas han hecho acto de presencia. La situación está afectando al 90 % de las viviendas de los agentes; y es tal que algunas familias ya están pensando en abandonar el recinto e irse a vivir a otro lugar.

Según denuncia la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) el nivel de la plaga de termitas es tan fuerte que los marcos de las puertas y ventanas, por supuesto de madera, están desechos y totalmente consumidos, hasta el punto de que los insectos horadan las paredes y saltan al suelo.

Las termitas, artrópodos del orden Isoptera, son unos insectos de amplia distribución a nivel mundial que juegan un importante papel en diversos ecosistemas, al contribuir a la descomposición de la madera en sus componentes fundamentales. Sin embargo, en determinados escenarios pueden resultar sumamente perjudiciales, al ser capaces de destruir elementos constructivos, decorativos o patrimoniales que contengan madera u otros elementos celulósicos como el papel. Las especies de termita más frecuentes en la zona centro de España son las denominadas “termitas subterráneas de madera húmeda”, del género Reticulotermes. Por tanto, en la mayoría de los casos los ataques ocurren en situaciones en las que la madera está expuesta a altos niveles de humedad, por lo que errores en el diseño y/o ejecución de las obras y los fallos en el funcionamiento del saneamiento interior o pocería de los edificios son las causas últimas de estos problemas.

La madera atacada presenta daños característicos, afectándose inicialmente las zonas blandas, lo que origina un deslaminado y lesiones en forma de hoja de libro. En estados avanzados de infestación, toda la madera es consumida, quedando sólo la capa de barniz o pintura, produciéndose la rotura de rodapiés o marcos de puertas y ventanas. Hay que señalar que los tratamientos profesionales frente a termitas constituyen uno de los escenarios de control de plagas más complejos, especialmente en medio urbano, y se requiere para su aplicación de auténticos especialistas.

Por otro lado, recientemente, un coche patrulla de la Benemérita perteneciente a la localidad alicantina de Pilar de la Horadada, tuvo que ser abandonado por los agentes que prestaban servicio con él, debido a una plaga de garrapatas en su interior, llegando a afectar directamente a los propios agentes. El vehículo ha quedado precintado a la espera de ser realizado el tratamiento pertinente. Las quejas en este caso tampoco se han hecho esperar, teniendo en cuenta que no es la primera vez que ocurre en las últimas semanas.

Las garrapatas, ácaros de la superfamilia Ixodoidea, son unos artrópodos ectoparásitos hematófagos, capaces de transmitir numerosas enfermedades infecciosas como el tifus o la enfermedad de Lyme. Nos encontramos en plena temporada alta de garrapatas, por lo que se debe extremar las precauciones cuando se realicen salidas al campo, teniendo en cuenta que estos pequeños parásitos habitan en la vegetación alta a la espera de que pase por su lado el huésped adecuado sobre el que dejarse caer.

Esperemos que estas situaciones se solventen a la mayor brevedad posible y que se dote con los suficientes recursos económicos para que el servicio de control de plagas pueda prestarse con eficiencia allí donde sea necesario.

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