Uso de drones en el control de plagas

22 Abril, 2015

Las nuevas tecnologías pueden llegar a ser herramientas muy útiles para emplear en diferentes campos, y desde luego la gestión de plagas es uno de ellos. Esta semana hemos conocido que un estudiante de agricultura de la Universidad de Queensland, en Australia, llamado Michael Godfrey, ha desarrollado un sistema de control biológico en el que emplea drones, vehículos aéreos no tripulados, que en la actualidad gozan de una cada vez mayor popularidad.

En concreto, el método consiste en la liberación, mediante el uso de estos aparatos, de ácaros depredadores de ciertas plagas de los cultivos de maíz, como la araña roja (Tetranychus urticae). La especie de ácaro depredador más usada para controlar esta plaga es la especie Neoseiulus californicus, tal y como ya habíamos visto en anteriores publicaciones. En lugar de que el agricultor tenga que esparcir a estos pequeños aliados de manera manual y a pie, labor ardua y que en ocasiones no resulta del todo eficaz, el dron puede liberar desde el aire a los Neoseiulus de una forma mucho más rápida y precisa, abarcando mucho más terreno en el menor tiempo posible.

Lo que en definitiva se pretende es el ahorro de dinero y tiempo para los trabajadores del campo. Hay que recordar que las plagas de araña roja ocasionan grandes pérdidas económicas, por daños directos a los cultivos. Estos ácaros se alimentan de las partes verdes de las plantas, empleando para ellos sus estiletes, que clavan en el vegetal para succionar así el contenido celular, provocando una decoloración más o menos intensa de los tejidos, que conducirá a la defoliación y desecación de la planta.

Sin embargo, el uso de drones en la agricultura y más específicamente en el control de plagas no es nuevo. En la actualidad, ya están siendo empleados para monitorizar siembras y riegos, e incluso para la aplicación de productos fitosanitarios.

En España, por ejemplo, la provincia de Valencia es pionera en el empleo de esta tecnología para facilitar la detección de focos de cría de mosquitos y optimizar el tratamiento para su control. Estos aparatos están dotados con cámaras para grabar imágenes y también térmicas, pudiendo detectarse así posibles focos de infestación, ocultos o situados en zonas no accesibles. La localización e identificación de estas zonas es fundamental para evitar el desarrollo de la plaga y los problemas de insalubridad en el entorno. Así, se puede obtener información actualizada del estado del terreno donde debe actuarse, delimitando con precisión el área a tratar, lo que permite dar una respuesta rápida y adoptar el tipo de tratamiento más adecuado para cada caso. Se ahorra con ello también producto químico y se evita su aplicación en aquellas zonas donde no sea necesario.

Además de la localización de focos de infestación, el Ayuntamiento de Valencia se plantea también como objetivo el uso de drones para la realización de los propios tratamientos contra los mosquitos. De momento está desarrollando un prototipo más robusto, capaz de trasportar hasta 50 kg de peso y dotado con una mayor autonomía. Se prevé que pueda empezar a utilizarse en los próximos meses, en principio en zonas reducidas como parques urbanos o solares.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el empleo de drones con carácter profesional está sujeto a una regulación legal, aún en fase de desarrollo, y bajo la petición de los permisos correspondientes a las autoridades competentes. 

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