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Otras especies de roedores plaga

La rata almizclera y el coipú, otros roedores plaga en Europa

16 Marzo, 2017

Los roedores son un orden de mamíferos con una gran incidencia en la salud pública, en la industria alimentaria, en la productividad agrícola y en la integridad de los ecosistemas. A lo largo de toda su historia, el hombre ha tenido que hacer frente a estos animales y ha sufrido los daños ocasionados por éstos. Por otro lado, ha contribuido a su expansión por el mundo, por ejemplo, transportando en las bodegas de sus barcos a ratas y ratones. Lo usual es que nos encontremos con plagas de rata gris (Rattus norvegicus), rata negra (R. rattus), ratón común (Mus musculus) o topillo campesino (Microtus arvalis). Sin embargo, en Europa existen otros ejemplos menos conocidos de este grupo animal, que actualmente están causando bastantes problemas. Como veremos a continuación, son el resultado de la introducción de especies exóticas.

Uno de esos casos es el del coipú (Myocastor coypus), animal originario de América del Sur, concretamente de Argentina y países limítrofes. Sin embargo, ha sido introducido en otras regiones por la industria peletera, llegando al medio natural a través de escapes de las explotaciones. Así, ha conseguido establecerse en el sur de Francia, desde donde se ha expandido hasta el norte de España. En la actualidad, existen pequeños núcleos aislados en Cataluña, Guipúzcoa, Navarra y Cantabria. 

El coipú es un animal muy característico. Su aspecto es el de un gran roedor (60 cm de longitud y unos 6 kg de peso) con un rabo largo y cilíndrico y adaptaciones específicas a la vida semiacuática: extremidades posteriores palmeadas, orejas pequeñas, orificios nasales en la parte dorsal de la cabeza, etc. En algunos casos, su aspecto puede recordar al de un castor, otro roedor que puede considerarse plaga en determinadas circunstancias. Se alimenta de hierbas, raíces, rizomas, frutos silvestres y agrícolas. Realiza grandes orificios en busca de comida. También puede depredar sobre moluscos bivalvos. Se trata de una especie anfibia, ligada a cursos de agua y humedales.

Nuestro otro roedor protagonista es la rata almizclera (Ondatra zibethicus). Esta especie es originaria de América del Norte, pero a principios del siglo pasado fue introducida en la República Checa para la producción de pieles, llegando al medio natural de la misma forma que el coipú. Desde ahí, se extendió rápidamente desde la costa vasco-francesa hasta Mongolia y la Rusia más oriental. En la Península todavía no hay poblaciones establecidas pero sí hay apariciones puntuales en País Vasco y Navarra, procedentes de la vecina Francia. Se caracteriza por ser un roedor robusto (40-70 cm de longitud y 1-2 kg de peso) de cabeza grande, ojos pequeños y cortas orejas redondeadas. Su cola es de la misma longitud que el resto del cuerpo. Puede ocupar gran diversidad de ambientes húmedos: riberas de ríos, pantanos, lagunas, estanques, lagos y arroyos. Se alimenta de herbáceas pero puede depredar sobre bivalvos, crustáceos, peces y aves que anidan en el suelo. Se trata también de un animal que excava grandes galerías en el suelo.

Ambas especies están incluidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras y pueden ser catalogadas como plaga por sus efectos adversos en el entorno donde se han establecido. Estos roedores exóticos alteran la dinámica fluvial a pequeña escala con la construcción de sus madrigueras, debilitando riberas, canales, presas, acequias y otras estructuras de riego. Causan daños muy cuantiosos en cultivos herbáceos y jardines. Su presencia ocasiona graves prejuicios sobre la fauna y flora local. Además, pueden actuar de reservorio y vector de transmisión de diversos patógenos como Fasciola hepatica, bacterias del Género Leptospira o la tenia Echinococcus multilocularis. Por todo ello, se han establecido exhaustivos sistemas de control para estas especies por toda Europa; también en España, especialmente para el caso del coipú que es el que por ahora se considera establecido. La mayoría de las actuaciones consisten en la captura in-vivo de ejemplares mediante jaulas trampa. Para prevenir sus efectos sobre la estabilidad de los cursos de agua, se suelen instalar mallas metálicas. 

Recordamos que puede contar con los servicios de desratización que ofrece Biodal Control Ambiental para eliminar las plagas de roedores más habituales.