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La mariquita asiática, de controlador biológico a plaga

La mariquita asiática o arlequí­n se ha convertido en plaga

28 Octubre, 2016

En muchas ocasiones, hemos expuesto en este blog ejemplos concretos de control biológico de plagas. Esta técnica suele ser muy efectiva, además de respetuosa con el medio ambiente, puesto que con ella se consigue minimizar la utilización de productos químicos. Sin embargo, también hemos hablado sobre los riegos que conlleva. Hay que tener en cuenta, que este método implica, en muchos casos, la liberación al medio de organismos que no están presentes de manera natural en el entorno. Por ello, su aplicación debe realizarse con todas las garantías de seguridad, en condiciones controladas y evaluando con precisión todos esos riesgos. La mariquita arlequín o asiática (Harmonia axyridis) es un caso claro de cómo una aparente solución, puede llegar a convertirse en un gran problema.

Este insecto, un coleóptero perteneciente a la Familia Coccinellidae, es originario de Asia oriental, abarcando desde Siberia, pasando por varias ex repúblicas soviéticas, Mongolia, China, hasta Japón y Taiwan. Esta amplia distribución latitudinal, además de altitudinal, en el continente asiático, indica una gran adaptabilidad ecológica, puesto que habita tanto en climas fríos como cálidos. Se la puede encontrar en zonas agrícolas, en bosques, plantaciones forestales o en zonas urbanas. Externamente, se caracteriza por ser una especie de mariquita con una coloración muy variable, pasando de formas muy claras, con la totalidad de los élitros anaranjados o rojizos, hasta formas casi completamente negras. Presentan metamorfosis completa, con cuatro estadios larvarios.

Las mariquitas son de los ejemplos más conocidos y populares de control biológico. Se utilizan en este campo por ser depredadores generalistas de insectos. Esta especie concreta se ha introducido ampliamente en todo el mundo como agente contra diferentes especies de áfidos, especialmente para el control de plagas de pulgones en invernaderos, huertos y jardines. Debido a su gran capacidad de dispersión, coloniza rápidamente nuevas ubicaciones; de tal forma que estas liberaciones bienintencionadas, con el tiempo, han desembocado en auténticos problemas de plagas en EEUU, Sudamérica y varias regiones de Europa. Sus efectos en el entorno no se han hecho esperar.

Por un lado, como organismo exótico invasor, afecta a las poblaciones de coccinélidos nativos, desplazándolos, ya sea por competencia por los recursos o por depredación directa sobre sus larvas. Además, durante el otoño y el invierno, forma agrupaciones de decenas de ejemplares, que buscan refugio en el interior de las edificaciones, creando cierta alarma social, en un caso parecido a lo que ocurre con la galeruca del olmo (Galerucella luteola). Su entrada masiva en las viviendas puede provocar ciertos daños estéticos, como por ejemplo manchas amarillas en cortinas y paredes, además de generar reacciones alérgicas. Por otro lado, y paradójicamente, también puedes ser plaga agrícola. Principalmente, afectan a la producción de vino, al contaminar las uvas cuando los ejemplares mueren o mediante la liberación de hemolinfa cuando son molestados. También disminuyen la calidad de ciertos cultivos frutales como las manzanas y las peras.

También está presente en España, motivo por el cual está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. Se sabe con certeza que fue empleada para el control biológico de plagas en invernaderos de Almería, aunque no se ha detectado naturalizada en esta provincia. Sí se ha confirmado su existencia, por el momento, en País Vasco, Cataluña y Baleares.

Para el control de esta mariquita invasora se están investigando actualmente diversos métodos de control mediante trampas de feromonas, atrayentes químicos, así como de control biológico. Hay que tener en cuenta que sus enemigos naturales son muy pocos, puesto que su cuerpo contiene diversos alcaloides tóxicos. Como medidas físicas, para evitar la infestación en las casas, conviene sellar grietas y demás lugares por donde puedan entrar.

El caso de esta especie deja clara la complejidad de este tipo de técnicas. Y es que cualquier tipo de tratamiento frente a plagas, ya sea químico o biológico, debe estar perfectamente diseñado, para evitar cualquier efecto secundario en la salud y el medio ambiente.