Contacte con nosotros

Especialistas en control de plagas. Resultados garantizados, al mejor precio.

El regreso de los aliados naturales del control de plagas

controladores biológicos de plagas: golondrinas, aviones, vencejos y abejarucos

27 Abril, 2016

Hace ya más de un mes que la primavera hizo acto de presencia. El aumento de las temperaturas y de la duración de las horas de sol, viene acompañado de la vuelta a la Península Ibérica de diversas especies de aves migratorias que han pasado el invierno en el continente africano y regresan para reproducirse en nuestro territorio. Durante estos días, ya es posible ver a estos pájaros viajeros surcando los cielos de pueblos y ciudades. Incluso de las grandes urbes como Madrid. De entre todas ellas, vamos a hablar a continuación de las más comunes, especies de gran interés, no sólo desde el punto de vista ornitológico, sino también ambiental; puesto que su dieta insectívora les convierte en unos auténticos aliados naturales para el control de plagas.

Una de las más tempranas en aparecer es la golondrina común (Hirundo rustica), puesto que puede observarse en España desde el mes de febrero hasta octubre. Se trata de una de las aves más conocidas y mejor estudiadas. Su llegada es asociada popularmente con el inicio de la primavera. Se trata de un pájaro delicado, grácil y aerodinámico, de color negro con reflejos azules metálicos por arriba y blanco por su parte ventral. Los rasgos más característicos son su collar negro, su frente y garganta roja, así como su larga cola ahorquillada. Nidifica preferentemente en construcciones rurales, pero también en urbanas como porches, patios y terrazas. En las ciudades incluso utilizan aparcamientos subterráneos. El nido, construido con bolas de barro y en forma de copa abierta, suele ser solitario, por lo que no forman colonias.

El avión común (Delichon urbicum) es otro de nuestros visitantes estivales. Se trata de un ave pequeña, de aspecto compacto, de color negro azulado brillante por arriba y completamente blanco por debajo. Destaca la presencia de un obispillo también blanco, la única zona clara en su región dorsal. También está presente en nuestro país desde febrero a octubre. En este caso los nidos, muy visibles, en forma de semiesfera cerrada, suelen ser coloniales, en ocasiones con agregaciones muy densas. Tanto golondrinas como aviones se alimentan de pequeños insectos voladores, siendo las presas más consumidas los dípteros (moscas y mosquitos), que atrapan realizando vuelos acrobáticos. Las golondrinas, al ser de mayor tamaño, pueden incluir en su dieta avispas, hormigas voladoras o pequeños escarabajos.

Desde abril a octubre es característico el vuelo y los chillidos de los vencejos comunes (Apus apus). Con una silueta en forma de ballesta, color pardo, cola corta y ahorquillada y alas estrechas y largas, se trata del ave con la adaptación más extrema a la vida aérea. Sus patas emplumadas y extremadamente cortas les impiden posarse en el suelo, por lo que prácticamente la totalidad de su ciclo vital lo realizan en el aire, a excepción de la nidificación. El nido, con forma de copa, está hecho con material vegetal y plumas adheridas con saliva. Se encuentra siempre en el interior de huecos presentes en edificios. Son especialistas en la captura a gran altura de pequeños insectos voladores, el denominado aeroplancton, que atrapan mediante barridos en vuelo con su ancho pico abierto, evitando aquellas presas con aguijón.

Por último citaremos al abejaruco europeo (Merops apiaster), ave caracterizada por una vistosa coloración, en la que se combina el azul, el amarillo, el rojo y el verde. Nos visita desde el mes de abril hasta septiembre, estando ausente en el norte peninsular. Suele vivir en lugares donde existan cortados, taludes de ríos, márgenes de carreteras o paredes verticales de consistencia arenosa; donde excavan galerías para anidar. Se alimenta de abejas, avispas, moscardones y libélulas que atrapa también en pleno vuelo. A pesar de que en ocasiones entra en conflicto con los apicultores, destaca por ser uno de los potenciales depredadores de especies plaga como la invasora avispa asiática (Vespa velutina).

Esta pequeña lista supone un claro ejemplo de los controladores biológicos de plagas que habitan a nuestro alrededor. Especies muy comunes en el pasado pero con poblaciones en declive, como ya hemos hablado en anteriores ocasiones. Por ello, su conservación y protección no puede resultarnos más conveniente.