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Descubren que los pulgones se alimentan de las hormigas que los cuidan
16 Enero, 2015
Hasta ahora se creía que entre los pulgones y las hormigas se establecían únicamente relaciones claras de mutualismo, en las que ambos tipos de animales salen beneficiados. Por un lado, el pulgón recibe protección y cuidados de las hormigas. Por otro lado, las hormigas se benefician alimentándose con la melaza que produce el pulgón.
Este tipo de relación explica la proliferación de plagas de pulgones en cultivos y jardines, puesto que las hormigas atacan y expulsan a sus depredadores naturales, disminuyendo el efecto del control biológico, y aumentando por tanto sus densidades poblacionales.
Sin embargo, recientemente se ha publicado un estudio en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) donde se pone de manifiesto un nuevo tipo de interacción biológica entre ambos tipos de insectos. Dicho estudio ha sido realizado por un equipo multidisciplinar español, en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva, perteneciente a la Universitat de Valéncia, y la Universidad de León.
Con este trabajo científico se ha podido comprobar que, además de las interacciones mutualistas, los pulgones también pueden alimentarse de las hormigas. Así, algunos individuos de pulgón de la especie Paracletus cimiformis imitan las sustancias emitidas por las larvas de hormigas del género Tetramorium, de manera que éstas creen que se trata de sus propias crías y los transportan hasta el interior de sus cámaras “guardería”. Una vez allí, los pulgones se alimentan de la hemolinfa de las larvas de hormiga, en un comportamiento agresivo que hasta ahora no había sido descrito.
En concreto, los investigadores han observado que los pulgones de tipo redondo llevan a cabo la relación convencional, beneficiosa para ambos, mientras que los de tipo aplanado son los que muestran el comportamiento agresivo hacia las hormigas.
Los autores afirman que estos resultados añaden una nueva dimensión a la clásica relación hormiga-pulgón y muestran un sistema complejo que plantea nuevas cuestiones a nivel evolutivo en la transición entre cooperación y explotación.
