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Cuatro especies plaga resultan ser una sóla

Cuatro especies distintas de mosca de la fruta resultan ser una sóla

03 Noviembre, 2014

Se trata de algunas de las especies nocivas que más incidencia tienen a nivel mundial en los cultivos frutícolas, pertenecientes al grupo de las moscas de la fruta (Género Bactrocera).

La revista científica Systematic Entomology ha publicado recientemente un artículo en el que se afirma que no hay evidencias suficientes para mantener a la mosca de la fruta oriental (B. dorsalis), a la mosca de la fruta invasora (B. invadens), a la mosca de la fruta filipina (B. philippinensis) y a la mosca de la papaya asiática (B. papayae) como especies biológicamente distintas. Quedarían por tanto todas englobadas dentro de una única especie, B. dorsalis.

Todas estas especies tendrían su origen en el subcontinente indio y el sudeste asiático y desde allí han colonizado múltiples países en África, Asia (China), islas del norte de Oceanía y los Estados Unidos. En América Central y del Sur, numerosos países se encuentran en alerta ante la más que probable llegada del insecto, debido al intenso comercio con Asia y África y la presencia de cultivos hospedadores de vital importancia para su economía. En Europa no se ha citado todavía su existencia, aunque en España preocupa la llegada de la mosca a Canarias, poniendo en peligro las plantaciones de plataneras, y a Levante.

Este pequeño díptero, de la Familia Tephritidae, ocasiona graves daños en los frutos a partir de la puesta y el consiguiente desarrollo larvario. Las hembras depositan sus huevos bajo la piel de los frutos hospedadores. Tras la eclosión, las larvas se alimentan de éstos durante 9-35 días en función de la temperatura. Tras alcanzar su último estadio larvario, saltan al suelo donde realizan la pupación, que oscila entre 1 y 2 semanas. Los frutos atacados presentan signos de picaduras de puesta, y en el caso de aquellos con alto contenido en azúcares, como el melocotón, alrededor de estos orificios se produce una exudación de azúcares líquidos que generalmente solidifican. Entre los cultivos que pueden verse afectados se encuentran los cítricos, tomate, piña, pera, manzana, higo, ciruela, mango, guayaba, papaya, aguacate, etc.

El hecho de que todas estas especies hayan quedado englobadas bajo una sola, tiene importantes implicaciones para la bioseguridad vegetal mundial, especialmente para los países en desarrollo de África y Asia. Esto debería afectar a las restricciones comerciales relacionadas con la mosca oriental de la fruta, que deberían desaparecer en aquellos casos en los que la plaga esté presente tanto en el país importador como en el exportador, repercutiendo de esta forma y positivamente, en las economías de esas regiones.

Al mismo tiempo, y según los autores, se podrá mejorar la gestión y control de plagas, se facilitará la cooperación transfronteriza internacional, se podrán diseñar medidas de cuarentena más eficaces, se aplicarán más ampliamente los tratamientos post-cosecha, se mejorará la investigación fundamental, y en definitiva, se incrementará la seguridad alimentaria de algunas de las naciones más pobres del mundo. 

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