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¿Qué está pasando con los castores en España?

La situación de castor europeo en España: ¿Animal autóctono o plaga invasora?

21 Diciembre, 2023

En esta sección hemos visto numerosos ejemplos de organismos liberados, de forma accidental o intencionada, en ecosistemas alejados de sus lugares de origen y del fenómeno de las especies exóticas invasoras. Sin embargo, el caso que nos ocupa a continuación es diferente, puesto que vamos a hablar de la liberación deliberada de un animal en España, el cual no puede considerarse como alóctono. Nos referimos al castor europeo (Castor fiber), extinguido en nuestro país desde hace décadas, pero que hoy en día está presente en algunos cursos fluviales españoles como el Ebro y el Guadalquivir. Precisamente en este último se ha constatado su presencia recientemente. ¿Cómo ha vuelto el castor a nuestras aguas? ¿Qué implicaciones puede tener para los ecosistemas? ¿Se puede considerar una especie invasora?

A principios del año 2023, varias personas informaron de la existencia de posibles indicios de presencia de castores en la cuenca alta del río Guadalquivir. Tras el aviso, se realizó una campaña de prospección en la zona, que concluyó el 1 de julio con la confirmación de la presencia del roedor en el área investigada. Concretamente, se encontraron huellas recientes y roeduras en troncos de la orilla. Algunas de estas marcas parecían envejecidas, por lo que se cree que el animal estaría presente en la zona desde hace varios meses. Los indicios eran del todo inequívocos, puesto que no pueden confundirse con los de ningún otro roedor acuático.

El descubrimiento no es del todo inesperado, dada la evolución de la presencia de la especie en nuestro país desde hace unos años. Lo primero que debemos saber es que el castor fue un animal bastante abundante y ampliamente distribuido en la Península Ibérica y otras zonas de Europa. La intensa persecución por parte del ser humano, que consumía su carne, su piel y sus glándulas, llevó a la especie a casi su extinción en todo el continente europeo, a finales del siglo XIX. Las poblaciones ibéricas desaparecieron al completo. Sólo quedaron apenas un millar de ejemplares, repartidos en ocho poblaciones, siendo la del Bajo Ródano, en Francia, la más cercana a nuestro país. La recuperación del castor europeo se inició en la década de los años 20 del pasado siglo, extendiéndose por numerosos países europeos y en muchas ocasiones propiciada por introducciones no del todo autorizadas. Su población se recuperó de tal forma que en 2008 la UICN modificó su grado de amenaza a Preocupación Menor (LC).

Sin embargo, en España el castor seguía estando ausente. Hasta que llegó 2003 y una suelta intencionada y no autorizada de 18 ejemplares en el río Ebro, cambió la situación. Desde entonces, el castor se ha ido extendiendo por su curso. La cosa no quedó ahí, puesto que también apareció en el río Tormes, afluente del Duero, a más de 300 km de distancia del resto de localizaciones conocidas hasta entonces. Esto llevó a pensar que se trataba de otra suelta no autorizada. La aparición ahora en el Guadalquivir vuelve a repetir el patrón. La mano del ser humano, de nuevo, parece estar detrás. De momento, los ejemplares de este último río no están del todo identificados, a diferencia de los del Ebro y del Tormes. Se presupone que se trata de castor europeo, pero los autores del descubrimiento creen necesaria una identificación específica. Hay que tener en cuenta que C. fiber es una especie protegida en España, por la legislación europea, mientras que el castor americano (C. canadensis) es una especie exótica.

¿Quién está soltando castores en España? Pues no se sabe a ciencia cierta, se presupone que algún grupo “ecologista” europeo. La situación es bastante compleja, puesto que los ejemplares liberados no pueden tratarse estrictamente como invasores. Por ejemplo, no pueden realizarse capturas y eliminación de ejemplares, al estar como hemos dicho protegidos por leyes europeas. Por otro lado, a pesar de ser una especie autóctona, este tipo de actuaciones son del todo rechazables. No ya por carecer de autorización; sino porque cualquier proyecto de recuperación de una especie debe ir acompañado de diversos estudios, ya sea de viabilidad de las poblaciones reintroducidas o de evaluación de su impacto ambiental. Por no hablar del nulo control sanitario de los ejemplares liberados, que podría provocar la aparición de enfermedades en poblaciones de fauna silvestre asociada a cursos fluviales, ecosistemas muy sensibles y alterados. Por tanto, la mala práctica con respecto a esta especie, hace que un animal realmente autóctono, pudiera llegar a provocar efectos en el entorno propios de los de una plaga invasora.