Más de 400 especies de aves introducidas en España en las últimas décadas

9 Febrero, 2023

Cuando hablamos del problema de las especies exóticas invasoras, en esta sección solemos hacer referencia a insectos que, gracias a la acción del ser humano, consiguen llegar a regiones alejadas de su área de origen. Como sabemos, al establecerse en esos nuevos territorios y proliferar, pueden provocar alteraciones graves en los ecosistemas locales, actuando como auténticas plagas. Como decimos, los insectos suelen ser los protagonistas más habituales de estas situaciones, pero, por supuesto, no los únicos. Hay muchos ejemplos tanto en el mundo animal como vegetal y las aves no son una excepción. De hecho, un estudio asegura que sólo en España, más de 400 especies distintas de aves se han introducido en las últimas décadas. Además de los ejemplos de sobra conocidos, como las cotorras con las que convivimos ya de manera habitual, la investigación alerta del riesgo de la presencia de otras especies en enclaves especialmente sensibles. Lo vemos a continuación.

El trabajo ha sido llevado a cabo por el Grupo de Aves Exóticas de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife). En él se han analizado cerca de medio millar de avistamientos de especies distintas de aves, que han sido identificadas como introducidas en nuestro país. En concreto, se han identificado 408 especies diferentes, de las cuales 287 se corresponden con exóticas “de primer orden”, es decir, no se encuentran de manera natural en nuestro territorio y su presencia en él se debe de manera exclusiva a la acción del ser humano, ya sea de forma intencionada o accidental, a través de escapes de aves cautivas. El resto de introducciones se corresponden con especies nativas, de las que se han incorporado ejemplares de subespecies no autóctonas; introducciones de individuos debidas a programas de conservación y procedentes de otras áreas geográficas; o bien aquellas consideradas como rarezas, las cuales se presentan de manera muy ocasional, al cruzar de manera natural los límites de su área de distribución.

Gracias a este estudio se ha podido elaborar la Lista de Aves Exóticas e Introducidas en España, en la que se diferencian las dos principales zonas zoo-geográficas de nuestro país: la zona peninsular junto con Baleares, Ceuta y Melilla, y por otro lado Canarias. En la mencionada lista, además de catalogarse las especies introducidas, se indica cuál es su grado de establecimiento en cada territorio, diferenciando aquellas que sólo han sido observadas ocasionalmente, las que han llegado a reproducirse alguna vez, las consideras que están o pueden estar próximas a establecerse y las actualmente ya establecidas.

Como recordamos, una especie exótica se convierte en invasora cuando es capaz de mantenerse de manera autosuficiente en el nuevo territorio, criando con éxito, comportándose como una especie nativa más, aumentando su distribución y población. En este proceso, puede llegar a desplazar a otras especies nativas o afectar a los ecosistemas autóctonos. En España se consideran ya aves exóticas invasoras la cotorra argentina (Myiopsitta monachus), la cotorra de Kramer (Psittacula krameri), el ganso del Nilo (Alopochen aegyptiaca), el bengalí rojo (Amandava amandava) o el tejedor cabecinegro (Ploceus melanocephalus), entre otras.

El mencionado estudio alerta, además, de la preocupante situación del bulbul cafre (Pycnonotus cafer) en la isla de Fuerteventura, el cual es considerado como una de las 100 peores especies invasoras del mundo por la UICN. Este paseriforme, caracterizado por una llamativa mancha carmesí debajo de la raíz de la cola, procede de India, Pakistán e Indochina. Se trata de un ave gregaria y muy ruidosa, agresiva, capaz de perseguir a otros pájaros y diseminar semillas de especies vegetales invasoras. No queda ahí la cosa, puesto que es capaz de destruir flores, legumbres, tomates y frutas maduras como por ejemplo los plátanos, el cultivo por excelencia en Canarias. En Fuerteventura se ha comprobado la presencia y probable nidificación de la especie en el norte, centro y, especialmente, sur de la isla.

El hecho de que la gran mayoría de las especies de aves exóticas hayan sido introducidas por culpa del ser humano, como dice el estudio, debería conducir a la adopción de medidas de control de manera urgente. Su impacto no sólo se limita a la afección sobre la biodiversidad local y los ecosistemas, hechos ya de por si extremadamente graves; sino que algunas especies como el mencionado bulbul cafre o la cotorra argentina, se pueden convertir más pronto que tarde en auténticas plagas para los cultivos, si son capaces de expandirse fuera de las áreas urbanas.