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La invasión de moscas que provocó la evolución exprés de los grillos

La rápida evolución de los grillos para protegerse de unas moscas

28 Noviembre, 2022

Recogemos otro de esos curiosos casos que afectan al mundo de los insectos y que tanto nos gustan en esta sección, porque como ya hemos dicho muchas veces, no todo van a ser plagas. Los grillos suelen despertar cierta simpatía entre las personas, a pesar de que su aspecto podría recordar en algo a las no tan apreciadas cucarachas. Por supuesto nada tienen que ver, los grillos pertenecen al Orden Orthoptera al igual que los saltamontes, mientras que las cucarachas son del Orden Blattodea. Seguramente la razón de esa simpatía resida en su particular “canto”, sonido producido mediante un mecanismo denominado estridulación, que consiguen al frotar sus alas. En la mayoría de las especies, sólo los grillos machos cantan y lo hacen para marcar su territorio y atraer a las hembras. Éstas son las razones principales que explican su famoso “cri-cri”. Sin embargo, en una remota isla de Hawaii, los grillos locales han aprendido a ronronear como los gatos y la culpa la tienen unas moscas invasoras. Lo vemos a continuación.

En la isla hawaiana de Molokai, al este de Honolulu, los grillos no cantan como lo hacen estos insectos habitualmente, sino que ronronean de forma similar a los gatos. Y lo más curioso no es esto, sino la razón por la que lo hacen. Investigadores de la Universidad de Chicago Press descubrieron que los grillos que habitan la isla, de la especie Teleogryllus oceanicus, presente en toda Oceanía e introducidos en Hawaii en 1877 por barcos comerciantes australianos, han modificado su forma de comunicarse para protegerse de un insecto invasor. En un principio, los grillos emitían un sonido idéntico al que producen en el resto de su área de origen, caracterizado por un trino de cuatro pulsos similares, seguido de otro trino de tres pulsos. Sin embargo, todo cambió con la introducción en 1989 de la mosca parasitoide Ormia ochracea, proveniente del continente norteamericano.

Precisamente estas moscas utilizan el canto nupcial de los grillos macho para localizarlos. Una vez los han descubierto, la hembra de este insecto parasitoide deposita encima del grillo o en sus proximidades, una larva, la cual es capaz de perforar el exoesqueleto de su víctima. En su interior, se alimenta del grillo, volviendo a emerger, entre unos 7 y 10 días más tarde. Ni que decir tiene que el grillo termina muriendo. Estas moscas son capaces de reconocer el canto de varias especies de grillo, todas del Género Gryllidae.

La respuesta de los grillos a la llegada de las moscas fue prácticamente inmediata, puesto que en tan sólo una década, dejaron de cantar. Concretamente, en la isla Kauai apareció una mutación ligada al sexo que reducía o eliminaba las estructuras rugosas con las que producían el sonido. Como estos machos silenciosos eran los que sobrevivían, puesto que no eran detectados por las moscas, esta mutación se extendió por la población de grillos, volviéndolos a todos silenciosos. Algo parecido ocurrió en la isla Oahu, donde también triunfaron los grillos mudos. Se trataba de un mecanismo exprés de evolución convergente.

La isla de Molokai no fue ajena a este fenómeno, también se vio poblada por grillos que no cantaban. Sin embargo, se ha descubierto que los grillos han empezado a recuperar poco a poco su voz, pero en lugar de su canto habitual, han empezado a emitir una especie de ronroneo, el cual no atrae a las moscas pero sí a las hembras. En esta isla conviven en la actualidad machos de grillo mudos con machos ronroneantes, siendo éstos últimos los que presentan una clara ventaja evolutiva a la hora de aparearse con las hembras. Los investigadores han descubierto que la nueva señal es tan reciente que no existe un patrón claro, con machos emitiendo diferentes tonos, algo muy poco frecuente en las llamadas de apareamiento. Los autores explican que la selección no ha tenido tiempo todavía de moldear estos nuevos cánticos sexuales, por lo que se espera que en el futuro las hembras terminen mostrando preferencia por alguno de los tipos de ronroneo, homogeneizándose así el canto de los grillos macho. De esta forma no sólo atraerán de forma eficaz a las hembras, sino que se verán a salvo del ataque de las moscas parasitoides.