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La filoxera, historia de una mala gestión de plagas

La filoxera, como una mala gestión de plagas provocó una crisis agrícola

18 Octubre, 2022

En esta sección hablamos continuamente sobre la importancia de adoptar estrategias adecuadas y precisas en el control de plagas, para obtener resultados positivos y evitar males mayores. Esto es así, tanto a la hora de combatir plagas forestales, como agrícolas o urbanas. Una mala decisión puede no sólo resultar ineficaz, sino incluso agravar más la situación o generar problemas de plagas que antes no existían. Hay muchos ejemplos de malas decisiones que han provocado graves daños, siendo el de la plaga de la filoxera uno de los más paradigmáticos. Recordamos este caso, que provocó el fin del cultivo tradicional de la vid en Europa, ocasionando que se tuvieran que arrancar más de 5 millones de hectáreas de viñedo entre 1870 y 1930.

La filoxera es el nombre común que se la da a un insecto de origen americano, denominado científicamente como Daktulosphaira vitifoliae. Se trata de un insecto hemíptero de la Familia Phylloxeridae, emparentado con los pulgones. De hábitos alimenticios picadores, la vid es su único hospedador conocido. Presenta un ciclo biológico bastante complejo, puesto que existe una forma gallícola o filoxera de las hojas y una forma radícola o filoxera de la raíz. Ambas fases están constituidas exclusivamente por hembras ápteras que se reproducen por partenogénesis, sin intervención de machos. También presentan una fase sexuada, formada por hembras aladas y machos ápteros, en la que los ejemplares no disponen de piezas bucales y no se alimentan. Los insectos atacan las raíces y hojas de la vid, siendo las formas radícolas las más perjudiciales para la planta. También se conoce como filoxera a los daños y enfermedad provocada por los insectos en los viñedos.

¿Cómo se convirtió la filoxera en la plaga más destructiva para este cultivo? ¿Por qué es el resultado de una mala gestión? Poniéndonos en antecedentes, debemos decir que durante la segunda mitad del siglo XIX, los viñedos en Europa fueron atacados por dos plagas de origen americano, el oídium y el mildiu. Ambas patologías son inducidas por hongos y por aquel entonces sólo podían ser combatidas con medios químicos. Dichas plagas atacaban las hojas de la vid y, si bien eran bastante dañinas para el cultivo, no provocaban la muerte de las plantas. Para tratar de combatirlas se ideó una solución diferente, la importación de viñas procedentes de Estados Unidos, puesto que las variedades americanas de este cultivo eran mucho más resistentes a estos insectos nocivos. Sin embargo, esto supuso, al mismo tiempo, la introducción accidental de la filoxera en Europa.

La complejidad del ciclo de esta plaga hizo que en Europa sólo se desarrollara la fase que afecta a la raíz de la vid, como hemos dicho, la más perjudicial. Los insectos plaga perforan las raíces de las plantas, provocando heridas que son a su vez atacadas por hongos y bacterias. Son estos microorganismos los que, en realidad, terminan matando al cultivo. Las vides americanas están adaptadas a ellas, puesto que cuentan con raíces más fuertes y recubiertas de una capa resistente a las “picaduras” de la filoxera. De esta forma, el insecto no puede llegar a los tejidos más jóvenes y frágiles. Por el contario, para las vides europeas, el ataque suele resultar fatal.

La primera cita de la filoxera en España data del año 1878, concretamente en un viñedo ubicado en una finca a unos 20 km de Málaga. Se estima que su llegada a la Península Ibérica tuvo lugar en la década de 1870, a través de tres focos separados entre sí: Oporto, Málaga y Gerona. Los dos primeros fueron provocados por la importación de pies americanos, mientras que el tercero fue resultado de una invasión natural procedente de Francia. Su extensión por el territorio nacional provocó una auténtica crisis agrícola. Para poder combatirla, se arrancaron millones de hectáreas de cultivos, siendo sustituidos por pies americanos sobre los que se injertaron plantas europeas. En otros casos, los viñedos desaparecieron totalmente, siendo remplazados por otros tipos de cultivos.

La filoxera afectó de forma desigual a las diferentes zonas vitícolas de España. Su aparición, debida a una mala gestión de plagas, conllevó cambios drásticos; ya que el mapa del viñedo que había en nuestro país en 1875 nada tenía que ver con el de 50 años después, momento en el cual se consideró como el final de esta crisis.