Plagas de productos almacenados, cómo prevenirlas (parte II)

17 Noviembre, 2021

Seguimos, con este segundo artículo, hablando sobre las plagas que afectan a los productos almacenados, es decir, polillas, palomillas o escarabajos gorgojos, por citar sólo algunos ejemplos. Habíamos finalizado el anterior post afirmando que, en el ámbito industrial, son claves las estrategias de prevención a la hora de combatir a estos insectos, en la mayoría de las ocasiones, la única opción, debido a la limitación de la aplicación de productos químicos. ¿En qué consisten estas estrategias? ¿Qué pasa si aparecen estos mismos bichos en casa? A todo ello respondemos en las siguientes líneas.

En primer lugar, se puede evitar la aparición de insectos plaga de los alimentos incidiendo en los proveedores. Éstos deberán contar con sus correspondientes sistemas de vigilancia y control de este tipo de organismos nocivos. La inspección exhaustiva de toda mercancía entrante, en la que se deberá verificar la ausencia de sedas, larvas o adultos, o bien daños en los envases compatibles con la acción de estos insectos; es determinante a la hora de comprobar la calidad y efectividad de dichos sistemas. Ante cualquier detección sospechosa en algún lote, los productos deberán ser devueltos, por supuesto antes de ser introducidos y almacenados en las instalaciones. La sucesión de episodios en los que se detecte mercancía infestada, debería propiciar la valoración de un cambio del proveedor en cuestión.

Independientemente de esto, la mejor forma de combatir a estos insectos es que cada empresa o negocio de la industria alimentaria tenga implementado su propio Programa de Control Integrado de Plagas, en el que se priorice la prevención, la realización de inspecciones periódicas, la monitorización, así como las medidas de exclusión e higiene adecuadas, con el objetivo final de evitar la aparición de infestaciones dentro de las instalaciones. ¿Cómo se pueden prevenir estas plagas? Siguiendo una serie de recomendaciones básicas, tales como asegurarse de que los productos que hayan entrado antes a las instalaciones, sean los primeros en salir, lo que se conoce como sistema de almacenamiento FIFO; el uso de trampas de feromonas específicas para cada especie de insecto, monitorizando así la posible actividad de las plagas; una adecuada gestión de la temperatura, puesto que los insectos tienden a no reproducirse en almacenamientos refrigerados; así como un mantenimiento correcto de las condiciones higiénicas y de limpieza de las instalaciones, ya que si no existen restos de alimentos, la probabilidad de la proliferación de estas plagas será menor.

¿Y qué ocurre en el ámbito doméstico? Como ya hemos dicho, la aparición de plagas de productos almacenados suele tener menos importancia en las viviendas. Por lo general, detectando y retirando los productos afectados, con una buena limpieza de armarios y despensas, colocando ciertos alimentos como harinas, pastas, frutos secos, etc., en botes herméticos, y no dejando paquetes abiertos o a medio cerrar; es suficiente para acabar con ellas.

La falta de información o la pérdida de costumbre a la hora de lidiar con estos insectos, puede llevar a ciertas situaciones de alarma. Nada que un buen asesoramiento por profesionales en control de plagas como Biodal Control Ambiental, no pueda solucionar.