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Autorizan el CO2 producido por combustión, como método de control de insectos

Autorizan el dióxido de carbono generado por combustión de gases como atrayente de insectos

23 Junio, 2021

La UE dispone de una normativa propia que regula la comercialización y el uso de los productos biocidas, es decir, aquellos que pueden emplearse en el control de plagas. Se trata del Reglamento (UE) 528/2012, publicado el 22 de mayo de 2012. Según dicho Reglamento, en la UE no pueden comercializarse ni usarse biocidas que no estén autorizados por el mismo. Dentro de esta normativa, existe además una clasificación de las sustancias activas. En concreto, en el Grupo principal 3: Plaguicidas, nos encontramos con los TP 19, es decir, repelentes y atrayentes. Éstos se emplean para el control de los organismos nocivos mediante repulsión o atracción, ya sea aplicados directamente sobre la piel o indirectamente en el entorno de personas o animales. Pues bien, recientemente la Comisión Europea, mediante El Reglamento Delegado (UE) 2021/806 de la Comisión de 10 de marzo de 2021 ha modificado el mencionado 528/2012, incluyendo el dióxido de carbono (CO2) generado a partir de la combustión de propano, butano o una mezcla de ambos, como sustancia activa para su uso en biocidas TP 19. La evaluación, llevada a cabo por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), dictaminó que el dióxido de carbono así generado no se considera de posible riesgo, por lo que puede ser incluido en el anexo I del citado Reglamento. Queda autorizado de esta manera el uso de esta sustancia activa como atrayente o repelente de plagas. Puntualizar que el empleo del CO2 ya estaba autorizado como atrayente para insectos, en el caso, por ejemplo, de las chinches de cama o los mosquitos. Lo que se ha evaluado y autorizado ahora es la utilización de dióxido de carbono generado a partir de la combustión de propano, butano o una mezcla de ambos.

La nueva autorización puede ser de gran utilidad para combatir a uno de los insectos plaga con mayor incidencia en la salud de las personas, los mosquitos. La detección de CO2 es una de las principales formas que utilizan estos dípteros para localizar a sus víctimas. ¿De qué manera actúa el CO2 como atrayente de mosquitos? La respuesta es simple. Los mosquitos utilizan varios mecanismos para detectar a los animales y a las personas de los que van a alimentarse. Recordamos que, únicamente las hembras, son las que pican, puesto que necesitan esta ingesta de sangre para producir sus huevos. Entre esos mecanismos se cita la detección, por parte de los mosquitos, del calor corporal, del olor del sudor y también del CO2 emitido por los animales de sangre caliente durante la respiración. Estos pequeños dípteros son sensibles a cambios en la concentración de dióxido de carbono en el ambiente, de tan sólo el 0,01%. Detectar el CO2 emitido permite a las hembras de mosquito localizar su fuente de alimentación, es decir, a la persona o animal al que picar.

Gracias a esta nueva autorización, se pueden fabricar dispositivos trampa para estos insectos voladores. El CO2, generado por la combustión de los gases mencionados,puede ser liberado al ambiente y actuar como atrayente para los mosquitos. Colocando, por ejemplo, trampas adhesivas de captura en dichos dispositivos o cualquier otro mecanismo físico, se puede atrapar a los mosquitos antes de que lleguen a picar. En pruebas realizadas en laboratorio se ha comprobado que el dióxido de carbono es eficaz como atrayente de mosquitos de los Géneros Aedes, Anopheles y Culex, a una velocidad de liberación de 500 ml por minuto. Por tanto, es útil para combatir a estos mosquitos, que son los que tienen una mayor incidencia sobre la salud pública, puesto que representan los principales vectores de transmisión de enfermedades que pueden afectar a personas o animales domésticos.

Como vemos, su eficacia ha sido comprobada. Sin embargo, ¿es seguro para las personas emplear dispositivos que emitan CO2 producido de esta forma? La evaluación ha determinado que representa un riesgo aceptable para ser utilizado como atrayente por el público en general. Hay que tener en cuenta que cualquier ser vivo emite dióxido de carbono de manera natural en su respiración. Aun así, los dispositivos de este tipo que se comercialicen y que empleen este atrayente deberán dejar claro en su etiqueta su uso exclusivo para aplicaciones en exteriores.