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Las aves no colonizaron las ciudades durante el confinamiento

Un estudio demuestra que las aves no invadieron las ciudades durante el confinamiento

26 Mayo, 2021

Se ha hablado mucho sobre las consecuencias que para el medio ambiente tuvo el confinamiento que, en muchas zonas del planeta, se debió llevar a cabo para hacer frente a las primeras fases de la pandemia de la COVID-19. Una de ellas es la aparente colonización de las zonas urbanas por parte de la fauna silvestre, durante todos los meses en los que las personas tuvimos que permanecer encerradas en nuestras casas. Se llegaron a grabar imágenes en las que diversos animales salvajes deambulaban libremente por avenidas, calles o plazas, constituyendo escenas pocas veces vistas. Pero, ¿realmente la fauna invadió las áreas urbanas durante el confinamiento? Un estudio ha demostrado que, por lo menos en el caso de las aves, no fue así.

La investigación, realizada por el Instituto Catalán de Ornitología (ICO) en colaboración con el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), se inició el 15 de marzo de 2020, tan sólo un día después de concretarse el primer estado de alarma y el consecuente confinamiento de la población española. El trabajo, en el que participaron más de 400 ornitólogos voluntarios, trató de comprobar los efectos de dicho confinamiento en la naturaleza, especialmente en lo que correspondía a la avifauna. Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista Proceedings of the Royal Society B.

Este proyecto de ciencia ciudadana recopiló más de 126.000 registros de pájaros, seleccionándose las 16 especies de aves más frecuentes en los ambientes urbanos y que pueden contemplarse durante todo el año en Cataluña. Dichos datos han sido comparados con los registros que tiene el ICO de las mismas poblaciones de aves entre los años 2015 y 2019. La comparativa ha permitido desmentir la teoría de que los animales salvajes, más concretamente las aves, invadieron las ciudades silenciosas y vacías. Los pájaros no se volvieron más abundantes, sino que se hicieron de notar, y no sólo porque les prestáramos más atención durante las largas jornadas de confinamiento. Veamos exactamente por qué.

Lo primero sobre lo que llama la atención el estudio, es que normalmente las aves de entornos silvestres suelen ser mucho más activas al amanecer, incluso cuando todavía no han aparecido los primeros rayos de sol, emitiendo sus respectivos y característicos cantos. Sin embargo, en las ciudades estos momentos coinciden con las horas punta, cuando mayor número de personas y ruido hay en la calle. Ello dificulta enormemente su capacidad de comunicación mediante el canto o también la búsqueda de alimento, provocando en las aves un gran nivel de estrés. Durante el confinamiento dichas horas punta desaparecieron, por lo que los pájaros rápidamente adaptaron su comportamiento a un modo de vida más natural, volviéndose más activas a esas primeras horas de la mañana y haciéndose así más visibles para los humanos.

Todas las especies de estudio, a excepción de los estorninos, se mostraron más activas durante las primeras horas de la mañana, lo que según los autores demuestra que la respuesta al confinamiento fue muy generalizada. Ciertas especies además, muy adaptables e inteligentes como las gaviotas o las urracas, aprovecharon la reducción de la presencia humana para adentrarse más en los núcleos urbanos. Las aves urbanas, por tanto, tienen una gran plasticidad de comportamiento, lo que les ha permitido aprovechar rápidamente las mejoras ambientales producidas durante el confinamiento. Sin embargo, éste fue un cambio drástico y repentino que no duró lo suficiente como para que se permitieran procesos de colonización de nuevas especies. Por otro lado, la investigación demuestra como la contaminación acústica de las ciudades afecta seriamente a la biología y comportamiento de aquellas aves que se han adaptado a vivir en ellas, y puede ser un reflejo también de los efectos sobre la salud de las personas.

Aprovechamos para recordar que, si bien es cierto que es un privilegio disfrutar de la presencia de aves en entornos urbanos, en algunos casos pueden provocar daños materiales o afectar a la salud de las personas, como ocurre con las palomas, las invasoras cotorras o las cigüeñas blancas, por poner algunos ejemplos. En esos casos, contacte con Biodal Control Ambiental para poder resolver cualquier problema relacionado con el control de aves en Madrid.