Insectos plaga adquieren genes de plantas para poder alimentarse de ellas

28 Abril, 2021

Ya sabemos que el de los insectos es uno de los grupos animales con mayor éxito, por muchas razones, entre otras, por poseer una gran capacidad de adaptación. Tal es así que, muchos de ellos, se han adaptado a vivir a nuestra costa, de ahí que surgieran todas las plagas con las que los profesionales del sector de control de plagas tenemos que tratar hoy en día. Entender cómo surgen los insectos plaga y se vuelven tan exitosos es clave a la hora de diseñar estrategias que permitan su control. Es lo que ha ocurrido precisamente con una reciente investigación que ha revelado, además, una auténtica sorpresa.

Un grupo de investigación formado por científicos del Instituto de Verduras y Flores de la Academia China de Ciencias Agrícolas, en colaboración con la Universidad de Neuchâtel, en Suiza, ha descubierto que hace millones de años, las denominadas moscas blancas, insectos homópteros de la Familia Aleyrodidae y que constituyen importantes plagas en cultivos; incorporaron en su genoma partes del ADN de las plantas de las que se alimentan. Se trata del primer registro acerca de la transferencia genética horizontal de un gen funcional de una planta a un insecto. El hallazgo se ha publicado en un artículo de la revista Cell.

Los investigadores afirman que las moscas blancas emplean este gen incorporado para degradar las toxinas que, de manera natural, producen las plantas de las que se alimentan. El gen identificado es el denominado BtPMaT1 y no se ha encontrado en ninguna otra especie de insecto. La investigación ha descubierto, gracias a la combinación de análisis genéticos y filogenéticos, que hace unos 35 millones de años, las moscas blancas “robaron” a las plantas este gen defensivo, otorgando de esta forma a los insectos una capacidad innata para desintoxicar estos compuestos. La transferencia del gen y su posterior integración en el genoma de los insectos pudo haber tenido lugar gracias a la intervención de un virus. Este hecho inusual e improbable, en el que se conjuga la interrelación entre plantas, insectos y un virus, supuso una gran ventaja para las moscas, beneficiándolas evolutivamente.

El descubrimiento adquiere una gran importancia y no sólo porque sea la primera vez que se identifiquen insectos transgénicos naturales. Las moscas blancas son una de las principales plagas de cultivos a nivel mundial, siendo capaces de atacar, al menos, a 600 especies vegetales distintas. Los científicos han empleado este hallazgo para intentar revertir la capacidad defensiva de los insectos. Así, desarrollaron una pequeña molécula de ARN que interfiere con el gen en cuestión, volviendo de esta manera a las moscas blancas susceptibles de nuevo a las toxinas de las plantas. El siguiente paso fue la creación de plantas de tomate modificadas genéticamente, que llevaban incorporada esta molécula de ARN. Los experimentos realizados en laboratorio confirmaron la supresión del gen BtPMaT1 en las moscas blancas, causando un 100% de mortalidad en aquellas que se alimentaron de las plantas de tomate modificadas. Por el contrario, la manipulación genética del cultivo no tuvo ningún efecto en la supervivencia de otras especies de insecto testadas.

Los autores del estudio presentan esta iniciativa como una buena estrategia para el control de plagas de moscas blancas en cultivos, si bien es cierto que reconocen algunas dificultades, especialmente el posible rechazo social que pueda tener el empleo de plantas modificadas genéticamente. El ejemplo demuestra, una vez más, que investigar acerca de cómo una plaga llegó a convertirse en tal, puede ayudarnos a encontrar diferentes herramientas para su control.