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Las plagas invasoras y el comercio internacional de mascotas

El comercio internacional de mascotas fomenta la aparición de especies exóticas invasoras

15 Abril, 2021

Una de las consecuencias más negativas que presenta la globalización es el fenómeno de las especies exóticas invasoras. Los daños que provocan en la salud, la agricultura, la biodiversidad autóctona o la economía son claros y así lo hemos puesto de manifiesto muchas veces en esta sección. Pero, ¿cómo llega a aparecer y establecerse una plaga invasora? Desde luego que la acción humana es responsable de ello, puesto que muchas especies serían incapaces de salir de sus lugares de origen si no fuera por la intervención de las personas. Las liberaciones de estos organismos exóticos al medio, accidentales o intencionadas, están a la orden del día y se producen en todas las regiones del planeta. Entre todas las actividades humanas, responsables en mayor o menor medida del problema de las especies exóticas invasoras, hay una que destaca sobre las demás. Se trata del comercio internacional de mascotas. Un estudio reciente lo ha puesto de manifiesto.

Anualmente, decenas de millones de animales son comercializados en todo el mundo gracias al negocio multimillonario de las mascotas. Muchos de ellos tienen un gran potencial invasor. Pitones birmanas (Python bivittatus), ardillas coreanas (Eutamias sibiricus) o galápagos de Florida (Trachemys scripta), por citar algunas de las especies más frecuentemente comercializadas, son criadas en masa en cautividad o incluso capturadas directamente de su medio natural, para ser vendidas como mascotas exóticas. Cuando se produce un escape accidental o la persona que ha adquirido ese animal se cansa de ella o no puede mantenerla, la liberación en una zona no autóctona puede desembocar en varias situaciones diferentes. La mascota liberada puede no adaptarse a las condiciones de su nuevo entorno, por lo que morirá más temprano que tarde. También puede ocurrir que consiga sobrevivir, pero las condiciones no sean las más idóneas para que prospere y llegue a reproducirse. El último caso, el más grave, es que el organismo exótico consiga adaptarse perfectamente a su nuevo entorno; llegando a reproducirse si encuentra a otros congéneres y expandiéndose por el territorio conquistado a diferentes ritmos. Es así como surgen las especies invasoras.

Pues bien, investigadores del Departamento de Ecología y Evolución de la Universidad de Lausana, en Suiza, han llevado a cabo un meta-análisis del comercio internacional de mascotas, para comprobar qué porcentaje del mismo representan las especies invasoras. En total han recopilado 7.522 especies diferentes de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces. Los resultados de dicho estudio han sido publicados en un artículo de la revista PNAS.

Los autores han podido observar como el 12,6% de las mascotas que se comercializan en todo el mundo son especies invasoras, por lo menos, en alguna parte del planeta. Además, son 7,4 veces más frecuentes en este negocio que el cómputo global de especies de vertebrados. Pero no sólo el comercio de vertebrados supone un riesgo, también el de otros organismos como los insectos. Un caso especial es el de las hormigas, animales emergentes en cuanto al comercio de mascotas. Se puede decir que “están de moda”. Al ser un fenómeno reciente, es pronto para comprobar sus efectos como invasoras. Sin embargo, el estudio ha podido demostrar que las especies de hormigas suponen un elevado porcentaje del mismo, por encima de lo que cabría esperar. Por tanto, el peligro de que se conviertan en plagas invasoras es claro. Según los investigadores, queda demostrado que el comercio mundial de mascotas exóticas tiende a promover, de manera específica, especies con un gran potencial para invadir y prosperar en ecosistemas ajenos a los de sus áreas geográficas de origen.

A raíz de los resultados, los investigadores piden una mayor conciencia del riesgo que supone este comercio internacional de mascotas y una regulación más exhaustiva del mismo. Además, opinan que especies con potencial invasor no deben ser comercializadas como mascotas. Así lo establece, por ejemplo, el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, el cual recoge la prohibición genérica de posesión, transporte, tráfico y comercio de ejemplares vivos, de sus restos o propágulos, de todas aquellas especies incluidas en él. La moda de las macotas exóticas es un riesgo, como vemos, en muchos sentidos y una de las principales causas de que, si no se ponen límites, los profesionales de control de plagas tengamos que ocuparnos de cada vez mayor cantidad de organismos nocivos, incluidas las especies invasoras.