Los humanos primitivos ya sabían cómo combatir a las chinches y a otras plagas

10 Febrero, 2021

El control de plagas no es algo propio de la vida moderna. Las plagas, más allá de ser bichos molestos o desagradables a la vista, son organismos que pueden perjudicar seriamente nuestra salud y provocar daños severos en materiales y alimentos. Por ello, el ser humano lleva milenios tratando de combatirlas, prácticamente desde su propio origen. Hay que tener en cuenta que esto es un comportamiento innato, puesto que muchos animales desarrollan diferentes estrategias para deshacerse de aquellos parásitos u otros seres que viven a su costa. En este sentido, un hallazgo realizado durante el pasado verano pone de manifiesto diferentes prácticas de control de plagas llevadas a cabo por los hombres primitivos.

Investigadores de la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo (Sudáfrica), han descubierto que hace unos 200.000 años nuestros antepasados ya sabían cómo combatir a determinadas plagas; por ejemplo, a las chinches de cama. La investigación ha revelado restos de camas de hierba fosilizada sobre capas de ceniza en el yacimiento arqueológico de Border Cave, en Sudáfrica. Esta disposición de los lechos sobre capas de ceniza les serviría para hacer frente a estos insectos plaga. El hallazgo ha sido publicado en un artículo de la revista científica Science.

Rara vez se han descubierto lechos vegetales de humanos primitivos, por lo que este hallazgo es de gran importancia para entender cómo vivían nuestros ancestros. El pasto dispuesto sobre capas de ceniza disuadiría a las plagas de chinches de cama y a otros insectos, ya que esta barrera física dificultaría su movimiento, además de deshidratarlos e impedir una correcta respiración, puesto que la ceniza obstruiría los espiráculos distribuidos a lo largo de todo su exoesqueleto. Los investigadores creen que parte de la ceniza que servía de base para sus camas, procedía de la quema de antiguos lechos, actividad que realizarían de forma periódica con el objetivo de limpiar la cueva y destruir a las plagas. Además, el hallazgo reveló también la presencia de restos del árbol alcanforero, en la parte superior del lecho vegetal. Este árbol se usa, todavía hoy en día, como método natural para ahuyentar a los insectos en muchas zonas rurales de África oriental.

La investigación demuestra que el control del fuego era una importantísima herramienta “tecnológica”. El uso de ceniza y plantas medicinales para repeler insectos indica que los humanos de aquella época tenían ciertos conocimientos farmacológicos. Después de quemar las camas vegetales viejas, los habitantes de la cueva traían hierbas frescas para construir lechos nuevos y limpios. Este comportamiento denota, según los investigadores, que tenían nociones sobre los riesgos para su salud que suponía la existencia de estas plagas, de ahí que desarrollaran métodos para eliminarlas o repelerlas de sus refugios. En el yacimiento también descubrieron restos de carbón de madera de alcanfor. Los autores del estudio se atreven a aventurar que quizá el humo de este tipo de madera podría emplearse como repelente de mosquitos y otros insectos voladores.

El hallazgo realizado en Sudáfrica es el más antiguo conocido hasta la fecha, puesto que el anterior lecho vegetal usado por humanos databa de hace 77.000 años. Y quizá sea uno de los primeros registros de control de plagas por parte de la humanidad. Mucho más tarde, en tiempos históricos, ya vimos en un anterior artículo como los romanos y otras culturas empleaban mangostas, meloncillos y jinetas para combatir a sus plagas.

En la actualidad no hace falta recurrir a ninguno de estos métodos ancestrales ni a ningún remedio casero o tradicional. Basta con ponerse en contacto con empresas como Biodal Control Ambiental, especialistas en eliminar plagas de cucarachas, hormigas, chinches de cama, ratas, ratones, etc.