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La hormiga argentina amenaza a los anfibios de Doñana

Plaga de hormigas argentinas amenaza a los anfibios de Doñana

21 Octubre, 2020

Las especies exóticas invasoras se comportan como auténticas plagas, no sólo por los efectos negativos sobre la salud, los alimentos o los materiales; sino también por su gran afección a los ecosistemas y a la biodiversidad autóctona de las zonas donde se asientan. Muchas veces hemos hablado sobre ello en esta sección, aunque resulta difícil demostrar y cuantificar los verdaderos daños que estas especies exóticas provocan en el medio natural. Sin embargo, con la hormiga argentina (Linepithema humile) se ha podido ejemplarizar perfectamente. Es una de las peores plagas invasoras, puesto que causa importantes daños y molestias en viviendas y otras infraestructuras humanas en todo el mundo. Además, recientemente, se ha comprobado su clara incidencia sobre las poblaciones de algunas especies de fauna de gran valor.

Un equipo internacional de científicos ha podido demostrar como el “veneno” de esta hormiga invasora tiene efectos devastadores para las poblaciones de anfibios que habitan en un lugar tan emblemático como el espacio natural de Doñana. La investigación ha sido llevada a cabo por personal de la Estación Biológica de Doñana, centro dependiente del CSIC en Sevilla. Los resultados de este trabajo se han recogido en un artículo publicado en la revista Conservation Biology.

Los expertos han podido observar cómo las hormigas argentinas llegan a causar la muerte de muchos anfibios, especialmente juveniles, que se encuentran a su paso. El ataque se produce gracias al tóxico que poseen estas hormigas, que no es inyectado a través de un aguijón, sino rociado sobre la sensible piel de estos animales. Los investigadores han identificado en laboratorio a la iridomirmecina como la toxina que contiene el “veneno” de las argentinas. Al absorberse a través de la piel de los anfibios, la toxina se acumula en el cerebro, los riñones y el hígado. En la mayoría de los casos, esto suele conducir a la parálisis del anfibio atacado aunque, dependiendo de la dosis recibida y el tamaño de la víctima, puede llegar a ser directamente mortal. Aun resultando sólo paralizado, la situación suele terminar mal para los anfibios afectados, puesto que se ven expuestos no sólo al ataque de las propias hormigas, sino al de otros animales.

La investigación ha podido comprobar también como las especies más afectadas de la zona por esta especie invasora son el sapo de espuelas (Pelobates cultripes) y el sapo corredor (Epidalea calamita). A pesar de ser anfibios de tamaño medio, sólo hacen falta entre 2 y 20 obreras de hormiga argentina para tumbar a un juvenil de estas especies.

La misma toxina, la iridomirmecina, está presente en otras especies de hormigas autóctonas como Tapinoma nigerrimum. Sin embargo, éstas no parecen afectar a las poblaciones locales de anfibios. ¿A qué se debe esto? Los científicos han descubierto que la cantidad de toxina que tienen las obreras de hormiga argentina es hasta cinco veces superior a la de las hormigas locales. De ahí que estén resultando tan letales para las poblaciones de anfibios del entorno de Doñana.

Pero no sólo los efectos deben centrarse exclusivamente en esa zona. En la investigación también se ha tratado de determinar el potencial alcance mundial de esta nueva amenaza para los anfibios. Los autores del estudio han estimado en 800 especies distintas de anfibios terrestres, las que conviven actualmente con la hormiga argentina en todo el mundo. De ellas, un 6% están clasificadas como amenazadas por la UICN. El peligro que suponen estos insectos invasores para los anfibios a nivel mundial es claro. Otra amenaza más que sumar para este grupo de vertebrados, especialmente sensible al efecto de diversos factores como la destrucción de hábitats, la contaminación o el cambio climático.