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Emplean perros en desratizaciones de granjas

Algunos perros son hábiles cazadores de ratas

2 Julio, 2020

Siempre se ha creído, erróneamente, que los gatos domésticos son unos hábiles cazadores de ratas. Como hemos comentado en alguna ocasión, si un gato está bien alimentado, por mucho instinto de caza que tenga, no va a arriesgarse a capturar a una rata, sobretodo una adulta; puesto que estos roedores son bastante agresivos cuando tiene que defenderse. Por el contrario, sí son capaces de cazar ratones, además de ardillas, pájaros o reptiles; causando un grave impacto en las comunidades de fauna locales. Aun así, los felinos siempre han estado considerados como controladores naturales de estos roedores, a pesar de que generen más un perjuicio que un beneficio sanitario. Sin embargo, bastante menos conocida es la habilidad de los perros como cazadores de ratas. Los canes, tal y como veremos a continuación, son mucho más fieros y eficaces como controladores de estas plagas, por lo que en algunas ocasiones son empleados para estas labores.

Una reciente información recoge como una empresa de control de plagas británica, la Suffolk and Norfolk rat pack, presta sus particulares servicios de desratización en el Reino Unido. La empresa ofrece una técnica alternativa al uso de productos rodenticidas o de trampas de captura para roedores, consistente en el empleo de perros para controlar las plagas de ratas en granjas. La empresa se dedica expresamente a entrenar perros de distintas razas, principalmente Norfolk Terrier y sus cruces, para cazar ratas. Dicho entrenamiento, junto con el instinto natural de los canes, los hace ser unos eficaces controladores de ratas.

La compañía de desratización, que presta sus servicios por todo el país británico, se publicita con uno de sus mayores logros conseguidos hasta la fecha. Al parecer, prestaron un servicio en una granja de cerdos del Reino Unido, donde un grupo de sus perros fue capaz de acabar con 730 ratas en tan sólo 7 horas de trabajo. El hecho ha llamado la atención de numerosos medios de comunicación, tanto de ese país como del exterior. Los perros localizan a las ratas mediante su sensible olfato y son capaces de hacerlas salir de sus madrigueras, atacándolas con gran ferocidad. Las imágenes del trabajo de estos perros pueden resultar crueles, pero según los responsables de la empresa las ratas mueren en cuestión de segundos, siendo mucho menos cruento que otros métodos tradicionales de desratización.

El sorprendente resultado de este servicio, más allá de la propia pericia cazadora de los perros, se explica en que se trataría de un grave caso de infestación por estos roedores. Según puede comprobarse en las imágenes tomadas por la propia empresa, las instalaciones no parecían encontrarse en condiciones óptimas. La acumulación de suciedad, así como de enseres, objetos y materiales en desuso, de una forma descuidada, contribuye decisivamente en la proliferación de las ratas. Esto, unido a la continua y accesible disponibilidad de agua y alimento, hacían de esta granja el lugar propicio para una grave plaga de ratas. Como sabemos, según los principios del control integrado de plagas, todos estos aspectos deben tenerse en cuenta para que un servicio de desratización o de desinsectación tenga éxito, más allá del método de control empleado.

El uso de perros para desratización no es algo novedoso. En España también existen unos perros criados expresamente para estas labores. Se trata de la raza ratonero bodeguero andaluz, de pequeño tamaño y pelaje predominantemente blanco y cabeza negra. En su origen, estos perros fueron seleccionados para eliminar las plagas de ratas y ratones que infestaban las bodegas de algunas zonas de Andalucía, especialmente Jerez (Cádiz). Hoy en día, aunque fundamentalmente sean considerados mascotas, se siguen utilizando para eliminar estas plagas. Su empleo está destinado más a zonas rurales, aunque a los profesionales de control de plagas urbanas no nos vendría mal su colaboración para localizar la presencia de roedores en las instalaciones; así como su captura in situ, no teniendo que esperar a que éstos caigan en las trampas y cepos o consuman el cebo rodenticida colocado.