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La cuarentena también afecta a las plagas, parte 2

Efectos de la cuarentena en plagas de cucarachas, chinches de cama, hormigas, etc.

21 Mayo, 2020

Continuamos hablando sobre cómo el confinamiento que estamos llevando a cabo en España y otras zonas del mundo, para combatir la pandemia provocada por el coronavirus causante de la COVID-19, puede estar afectando al comportamiento de las principales plagas urbanas. Nos planteamos cómo el aislamiento en los hogares de la mayor parte de la población, la falta de actividad en algunos sectores como la hostelería o la ausencia de turismo; está incidiendo en las plagas de ratas, ratones, cucarachas, chinches de cama, etc. Según comentábamos en el artículo anterior, entre los roedores urbanos, parece que las ratas pardas (Rattus norvegicus) pueden ser las más afectadas por esta cuarentena. Pero, ¿qué ocurre con los insectos plaga más frecuente?

En primer lugar hablaremos sobre las cucarachas alemanas o rubias (Blatella germanica) que hayan infestado viviendas particulares. El hecho de que las personas pasen más tiempo es sus hogares no les va a afectar significativamente, según nuestro parecer. En todo caso se pueden ver favorecidas por una mayor cantidad de restos dejados o por unas temperaturas más suaves debidas al incremento de la actividad en el interior de la casa. Lo que sí puede ocurrir es que al permanecer más tiempo en la vivienda, es más probable que nos demos cuenta de su presencia, aunque la infestación sea leve, algo que en una situación normal podría pasar desapercibido. Por tanto, se tarda menos en ser consciente de tener un problema de plagas. Por el contrario, en plagas de cucarachas rubias en locales y establecimientos que hayan permanecido cerrados durante semanas, los insectos pueden verse perjudicadas por el cese de la actividad. Si se ha dejado todo limpio, sin ningún acúmulo de suciedad, sin presencia de encharcamientos y con las máquinas y los equipos desconectados; es muy probable que esto tenga incidencia en su proliferación, llegando incluso a disminuir la población plaga. Aun así, debemos decir que, con una temperatura agradable y algo de humedad, las cucarachas rubias pueden seguir subsistiendo y procreando sin ningún problema.

En cuanto a las cucarachas que habitan la red de saneamiento y el alcantarillado, como son las cucarachas negras (Blatta orientalis) y las cucarachas americanas (Periplaneta americana) el confinamiento debido a la pandemia no tendrá demasiada incidencia. Estas cucarachas seguirán entrando en viviendas bajas o locales, cuando existan deficiencias estructurales que lo propicien. Lo que sí puede ocurrir con estas cucarachas, al igual que con las ratas de alcantarilla, es que durante todo este tiempo que llevamos sufriendo la pandemia, se hayan relajado los servicios de control de plagas llevados a cabo por los ayuntamientos. Esta posible disminución en los tratamientos urbanos de desinsectación y desratización puede tener un reflejo en el aumento de las poblaciones de estas plagas con la llegada de las altas temperaturas.

Con respecto a las chinches de cama, la cuarentena por la COVID-19 tiene una doble vertiente. Por un lado, las infestaciones domésticas seguirán su curso, viéndose incluso beneficiadas, puesto que las chinches disponen de una fuente de alimento más continúa, al permanecer las personas más tiempo encerradas en las casas. Por otro lado, la reducción en los traslados, desplazamientos y viajes, unido a la paralización del turismo, ha frenado drásticamente la principal vía de expansión de esta plaga. Ello implica que el confinamiento habrá disminuido significativamente la incidencia de las plagas de chinches de cama; aunque allí donde éstas ya estuvieran presentes, seguirán causando muchos problemas.

Por último, las hormigas seguirán aprovechando los restos de comida que les dejemos. En las viviendas, la limpieza será fundamental para eliminar posibles restos de comida, más teniendo en cuenta que se pasa prácticamente todo el día en ellas. En los locales dependerá también, como en el caso de las cucarachas alemanas, de la suciedad que se haya dejado antes de cerrar los establecimientos. Si no se limpiaron adecuadamente antes de la cuarentena, las hormigas dispondrán de fuentes de alimentos que desde luego aprovecharán, explorando las instalaciones cerradas con total tranquilidad.

Veremos en la desescalada y en la vuelta a la “nueva normalidad” si todos estos cambios en el comportamiento humano, que nos hemos visto obligados a tomar para hacer frente a la pandemia de la COVID-19, han tenido influencia realmente en las plagas urbanas y de qué forma. En Biodal Control Ambiental estamos preparados para hace