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Una nueva plaga vegetal invade el Tajo

Una nueva plaga invasora pone en peligro al Tajo

7 Mayo, 2020

El problema de las especies exóticas invasoras afecta a todo tipo de ambientes y ecosistemas de la Península Ibérica. Sin embargo, las aguas dulces interiores, como ríos, lagos o embalses, son especialmente sensibles a esta problemática. Desde hace décadas sufren la presencia de especies alóctonas que afectan drásticamente a la biodiversidad local. Mamíferos como el visón americano (Neovison vison) o el mapache (Procyon lotor), muy ligados a las cuencas fluviales; peces como el siluro (Silurus glanis), el black bass (Micropterus salmoides) o el lucio (Esox lucius) e invertebrados como el mejillón cebra (Dreissena polymorpha), son claros ejemplos de ello. Lo mismo ocurre con las plantas invasoras, de las cuales ya hemos visto varios casos en esta sección. Si recordamos, el camalote o jacinto de agua en el Guadiana y la planta de esponja en el Manzanares son algunos ellos. Pues bien, otro vegetal exótico está poniendo en peligro la cuenca hidrográfica del Tajo.

Recientemente se ha denunciado, a través de unas impactantes y preocupantes imágenes, la aparición de varios tramos del Tajo, a su paso por la localidad cacereña de Garrovillas de Alconétar, tapizados completamente por una planta invasora. Concretamente, la zona afectada pertenece al embalse de Alcántara. En las imágenes puede observarse un inmenso tapiz de plantas en el que apenas puede intuirse el agua. El causante de esta alarmante escena es el helecho de agua, perteneciente Género Azolla.

Estas plantas, a diferencia de lo que ocurre con los helechos terrestres, son vegetales de muy pequeño tamaño, que crecen formando colonias flotantes sobre masas de agua. Cada individuo mide de 2,5 a 10 cm de longitud y posee hojas triangulares que le permiten flotar en el agua, adquiriendo un aspecto generalmente esponjoso. Intolerantes al agua salada y de crecimiento muy rápido, forman relaciones simbióticas con la cianobacteria Anabaena azollae, lo que permite a la planta fijar el nitrógeno del aire. Son originarias de las zonas templadas de América, aunque también pueden encontrase en algunas regiones de África, India, Japón, Australia o Hawái. Su bonito aspecto les ha hecho ser una planta común como elemento decorativo de los acuarios, lo que sin duda ha propiciado su liberación al medio natural, constituyendo un problema de invasión a nivel mundial, puesto que pueden adaptarse a diferentes climas y altitudes.

El problema que provocan estas plantas invasoras en los ecosistemas acuáticos es que su extremado crecimiento, pueden duplicar su biomasa en apenas tres días, les permite cubrir por completo las masas de agua donde se han introducido. Su incidencia en el medio es clara, puesto que impiden el paso de la luz en la columna de agua, alterando la composición del fitoplancton y de toda la estructura ecológica de ríos, embalses y lagos. Prueba de su tremendo impacto es el nombre popular que reciben estas plantas en algunos lugares. Se las conoce como helecho mosquito, pues existe la creencia de que ni estos insectos son capaces de depositar sus huevos en aquellas masas de agua ocupadas por ellos. Además, estos helechos fueron los causantes principales de un gran cambio climático perdurable hace unos 49 millones de años, en el Eoceno.

Todos estos efectos, en el entorno donde se establecen, hacen necesario el control de la plaga. Sin embargo, su retirada no es sencilla, puesto que el helecho acuático se reproduce asexualmente a través de fragmentos o de manera sexual a partir de esporas. Si se elimina la mayor parte de la masa vegetal pero quedan algunos fragmentos de la misma, ésta se puede regenerar con el tiempo a partir de ellos. Además, sus esporas pueden adherirse a las aves acuáticas o a los peces, pudiendo así ser transportadas a diferentes lugares.

A pesar de que en algunos países asiáticos se siembra Azolla en campos de arroz para servir como abono y aporte de nitrógeno para los cultivos o por sus buenas cualidades como biorremediadores frente a la contaminación; urge tomar medidas contra la proliferación de estas plantas invasoras en alguna zonas del Tajo. Una situación que no es nueva en España, puesto que desde el año 2000 se han sucedido casos en los que se ha detectado su presencia en Andalucía occidental, oeste de Castilla La Mancha, Parque Natural del Delta del Ebro o incluso en la misma Doñana. Razones de más para luchar y controlar esta plaga vegetal.