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Investigan cómo luchar contra una plaga forestal

Estudian cómo combatir a una plaga forestal, la chinche americana del pino

12 Marzo, 2020

Las plagas fitosanitarias son todos aquellos insectos, además de otros tipos de organismos, que afectan a especies vegetales, generalmente árboles y arbustos, en el ámbito forestal y urbano. Provocan graves daños que se traducen en importantes pérdidas económicas, aunque como no suelen afectar a la salud del ser humano, se las ve con cierta distancia. Sin embargo, algunas de ellas, tienen una mayor incidencia en la ciudadanía. El ejemplo más conocido es el de la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) que, además de afectar a los árboles, provoca serios problemas en personas, sobre todo niños, y animales domésticos, especialmente en la fase en la que las larvas descienden hasta el suelo para pupar, formando las conocidas y características procesiones de orugas. No es el único caso, la galeruca del olmo (Xanthogaleruca luteola), la chinche de la semilla del olmo (Arocatus melanocephalus) o la chinche americana del pino (Leptoglossus occidentalis) son plagas vegetales que ocasionan también numerosas molestias; puesto que en determinadas épocas del año, se introducen en grandes cantidades en el interior de viviendas y otras dependencias humanas. Un grupo de científicos españoles está tratando de desarrollar un nuevo método para luchar contra estas últimas.

Para ello, investigadores del Instituto de Química Avanzada de Cataluña, institución dependiente del CSIC, han hecho recientemente un llamamiento a través de las redes sociales para poder recolectar ejemplares vivos del insecto conocido como chinche americana del pino. Se trata de una plaga invasora, originaria del oeste de Norteamérica. El objetivo de esta experiencia de ciencia participativa y colectiva es la de identificar y aislar las feromonas de la chinche, para así desarrollar un método de control alternativo.

La chinche americana del pino es un hemíptero perteneciente a la Familia Coreidae. Fue detectada por primera vez en Europa en el año 1999, en concreto en Italia, y desde entonces se ha ido extendiendo por otros países europeos. En 2003 se localizó al insecto en Barcelona, siendo la primera cita comprobada en España. Mide unos 15-20 mm de longitud y es fácilmente distinguible de otras chinches similares por los engrosamientos que presenta en las tibias del último par de patas, así como dos marcas blancas en las alas anteriores. Se trata de un insecto chupador que se alimenta de la savia de los brotes, piñones y piñas en formación, afectando con ello su germinación. Este tipo de alimentación, que realiza gracias a un estilete que la chinche posee en su boca, provoca desde la deformación de las piñas hasta una menor capacidad germinativa de las semillas, comprometiendo seriamente la viabilidad de los pinos afectados. Los daños son producidos tanto por las ninfas como por los adultos.

Esta plaga invasora supone un importante impacto económico, puesto que puede alimentarse hasta de 40 especies diferentes de coníferas, mostrando una predilección clara por las pináceas. Por tanto, su incidencia es especialmente relevante para la industria productora de piñones. Según estimaciones realizadas en estudios recientes, la acción de este insecto plaga puede reducir hasta en un 25% la producción de piñones. Debido a esto y a la ausencia de métodos efectivos de prevención y control de la especie, se entiende la necesidad de la investigación que ahora se inicia. Y es que, durante el otoño, para resguardarse de los rigores del invierno, los adultos de esta especie buscan refugio en el interior de las viviendas. Durante esta época, vecinos que habitan en lugares próximos a los pinos afectados ven cómo sus casas se llenan de estos insectos, inofensivos para el ser humano, pero muy molestos, llegando a formar grandes agregados. La formación de estas agrupaciones parece estar mediada por alguna feromona de agregación que, a día de hoy, se desconoce. Identificarla y conseguir sintetizarla ayudaría a la elaboración de trampas de captura para luchar contra esta plaga, evitando así el uso de químicos.

Este comportamiento es similar al que presentan otros insectos plaga como las citadas galerucas o las chinches de la semilla del olmo, cuyos adultos de ambos sexos, también se introducen en muchas ocasiones en las viviendas huyendo de los rigores del exterior, generando molestias a sus habitantes. El que hecho de que se pudiera localizar la feromona de agregación de la chinche americana del pino podría abrir la puerta a nuevos estudios que permitieran diseñar nuevas herramientas para el control de todas estas plagas, ayudando al mismo a tiempo a reducir el empleo de biocidas.