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Un ciempiés en una cafeterí­a de Madrid

Encontramos un ciempiés durante la monitorización del servicio de control de plagas de una cafetería en Madrid

19 Febrero, 2020

Biodal Control Ambiental es una empresa de control de plagas ubicada en Madrid que presta servicios profesionales de desinsectación, desratización y desinfección. Entre dichos servicios, ofrecemos mantenimientos preventivos para todo tipo de instalaciones y negocios: bares, restaurantes, cafeterías, tiendas de alimentación, peluquerías, centros de estética, escuelas infantiles, gimnasios, farmacias, comunidades de vecinos, etc. Estos mantenimientos tienen como objetivo principal, proteger a los establecimientos e inmuebles frente a la aparición de plagas de insectos y roedores. Para ello, es imprescindible la vigilancia y el seguimiento, por lo que se emplean monitores, los cuales suelen consistir en trampas adhesivas de captura para insectos rastreros y roedores, cebos de monitorización para roedores, etc. Dichos monitores nos proporcionan una información muy útil a la hora de desarrollar nuestros servicios, puesto que nos alertan frente a la aparición de plagas en las instalaciones, indicándonos, por ejemplo, la magnitud de la plaga o los lugares por donde ésta se distribuye.

Si nos centramos en las trampas para insectos rastreros, al revisarlas, lo más normal es que o bien estén vacías o contengan algunos bichos. Entre los más habituales se encuentran cucarachas, hormigas, lepismas, cochinillas de la humedad, arañas, moscas, polillas o algunos escarabajos. Sin embargo, recientemente, durante la revisión realizada en las instalaciones de uno de nuestros clientes habituales, una cafetería, hemos recogido un ejemplar del cual, por su singularidad, hablaremos a continuación. Se trata de un ciempiés, concretamente uno perteneciente a Género Lithobius. Podría parecer extraño encontrar este tipo de artrópodos en una gran ciudad como Madrid y en el interior de un local. Sin embargo, son bastante comunes y forman parte de la fauna urbana con la que convivimos, a pesar de que puedan pasar desapercibidos.

Estos ciempiés, quilópodos de la Familia Lithobiidae, disponen de un tronco formado por 15 segmentos, contándose igual número de pares de patas. Suelen ser de pequeño tamaño, entre los 14 y 30 mm de longitud y unos 4 mm de anchura. De color usualmente cobrizo, presentan una cabeza circular y plana, debajo de la cual se sitúan un par de patas modificadas formando las conocidas como forcípulas, grandes uñas queratinizadas y asociadas a una glándula venenosa, las cuales emplean para capturar a sus presas y actúan como piezas bucales adicionales.

A tenor de lo anteriormente expuesto, ¿representan algún tipo de peligro? ¿Son una plaga? A pesar de lo aparentemente alarmante que pueda sonar el hecho de que posean glándulas venenosas, estos artrópodos alargados no son un peligro para el ser humano. Podrían llegar a morder, aunque su mordedura resulta inofensiva, si acaso molesta; y eso a pesar de que tenga parientes dentro del grupo de los miriápodos que sí que pueden provocar bastante dolor. Al contrario, se trata de unos bichos beneficiosos, puesto que al ser unos eficaces depredadores, pueden ayudarnos a librarnos de algunos insectos plaga como las cucarachas.

Los ciempiés tienen hábitos completamente nocturnos, rehúyen la luz, por lo que pasan el día a resguardo bajo piedras, maderas, orificios y grietas. Necesitan vivir en lugares húmedos y con una temperatura moderada, evitando el calor y el frío extremos. Es por ello que, en una gran ciudad como Madrid, suelen habitar el alcantarillado y las redes de saneamiento, pudiendo ser observados también en sótanos de edificios. En el caso que estamos comentando, el ejemplar de Lithobius apareció en una de las trampas que dejamos colocadas en uno de los aseos de la cafetería, el cual dispone de una arqueta y en la que en anteriores ocasiones también se han recogido insectos indicadores de humedad como las moscas de los urinarios (Psychoda sp., Clogmia albipunctata), lepismas o cochinillas. Por tanto, el ciempiés recogido no supone ninguna plaga pero sí que es un nuevo indicativo de que en dicho aseo existe un cierto problema de humedades que debe resolverse, junto con un adecuado sellado de la tapa de la arqueta; no sólo para evitar la presencia de todos estos artrópodos, sino también para minimizar el riesgo de entrada y proliferación de otros insectos mucho más indeseables como las cucarachas.