Crean polillas transgénicas para combatir una plaga

13 Febrero, 2020

No es la primera vez que en esta sección hablamos sobre cómo la tecnología, la innovación y la ciencia pueden contribuir de manera decisiva en el control de plagas. Una de las líneas de investigación más interesante es la creación de insectos plaga modificados genéticamente. Dicha modificación consiste en generar individuos estériles, generalmente machos, o bien ejemplares portadores de algún rasgo genético que afecte a los descendientes de la población plaga. Las liberaciones de todos estos insectos modificados deben hacerse en condiciones lo más controladas posibles. Aun así, estos métodos suelen resultar bastante exitosos; al mismo tiempo que evitan el empleo de pesticidas y otros químicos para el control de las plagas.

Una compañía biotecnológica, originaria de la Universidad de Oxford y responsable de la creación de mosquitos Aedes aegypti modificados para combatir la transmisión de virus como el del dengue, el zika o la chikungunya; ha desarrollado recientemente una nueva línea de investigación para luchar contra una de las peores plagas agrícolas del mundo. Consiste en la producción de machos transgénicos de la polilla Plutella xylostella, cuyas larvas se alimentan de cultivos con tanta importancia a nivel mundial como la coliflor, el repollo o el brócoli; causando importantes pérdidas económicas. A ello hay que sumar que este insecto presenta un alto grado de resistencia frente a la acción de diversos biocidas, convirtiendo a esta polilla en una de las peores plagas de cultivos de las zonas templadas como el sur de EEUU, muchas regiones de Asia, así como Italia y España.

P. xylostella, conocida popularmente como polilla o palomilla dorso de diamante, es un lepidóptero de la Familia Yponomeutidae. Originaria de Asia menor, se ha expandido gracias a la exportación de crucíferas por todo el mundo, adquiriendo rasgos de plaga cosmopolita. No sólo se ha demostrado la citada resistencia a determinados químicos como los organofosforados, carbamatos y piretroides, sino también a la acción de la bacteria Bacillus thuringiensis, complicando aún más si cabe las estrategias para su control. Sus orugas, que pasan por hasta 5 estadios larvarios diferentes, alcanzan el centímetro de longitud; causando defoliación y minas en los tejidos de las verduras atacadas, perforando también órganos y contaminado los productos. Las pérdidas producidas por este insecto plaga pueden alcanzar los 4.000 millones de euros anuales.

Las polillas diseñadas por la compañía poseen material genético que contiene fragmentos sintéticos muy similares a los de otros insectos modificados, además de otros específicos para esta especie como el inspirado por el virus del herpes. Al liberar los machos transgénicos con estas características, los cuales se comportan de igual forma que los machos salvajes, apareándose con las hembras con total normalidad; transmiten a su descendencia un legado genético que les hace ser adictos al antibiótico tetraciclina. De esta forma, si no consumen dicho compuesto, las larvas mueren en pocos días.

El experimento se ha realizado en un cultivo de repollos perfectamente aislado y controlado, ubicado en Geneva, en el estado de Nueva York. La investigación ha demostrado que los insectos se mantienen más o menos en la zona de suelta, no se desplazan demasiado, lo que es un aspecto importante de cara a la seguridad del método. No obstante, esta técnica causa cierto recelo en algunos ecologistas. Sin embargo, los expertos se reafirman en su seguridad, incidiendo en que no se trata de erradicar una especie de insecto, sino de eliminarla de ciertos cultivos. Su importancia reside en que se podría eliminar la plaga en apenas dos generaciones, reduciendo significativamente el empleo de pesticidas. El único aspecto negativo reseñable que podría suponer esta técnica es que, al desaparecer la polilla del cultivo, otra plaga pudiera ocupar su lugar.

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