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¿Plaga de cucarachas argentinas en un bar de Madrid?

No existía ninguna plaga de cucarachas argentinas en el bar

16 Enero, 2020

La rutina habitual de una empresa de control de plagas como la nuestra consiste principalmente en la aplicación de tratamientos puntuales de desinsectación o desratización, para eliminar diferentes tipos de plagas; así como la realización de revisiones periódicas en las instalaciones de nuestros clientes, para vigilar y controlar la aparición y/o proliferación de insectos y roedores. Sin embargo, en ocasiones nos encontramos con situaciones "anómalas" que nos obligan a poner en práctica los conocimientos de los que disponemos e incluso desplegar toda una línea de investigación para resolverlas. Esto último es precisamente lo que ocurrió en el caso que exponemos a continuación.

Uno de nuestros clientes de hostelería, una cervecería ubicada en un barrio del norte de Madrid, nos avisó porque habían aparecido en uno de los aseos varias cucarachas grandes y “raras”. En un primer momento nos sorprendió, puesto que en las sucesivas revisiones realizadas en sus instalaciones nunca se había detectado la entrada de cucarachas negras o americanas, especies que podrían encajar con el adjetivo grande. Sin embargo, aunque el riesgo de acceso de estas cucarachas al local fuera mínimo, nunca se puede descartar su presencia. Lo que nos resultó aún más extraño fue que calificaran a los insectos de raros. Para justificar su alarma nos enviaron una imagen, de lo que efectivamente era una cucaracha, pero no se correspondía con ninguna de las especies habituales que hay en España. Después de estudiar la imagen con detenimiento concluimos que se trataba de un juvenil de cucaracha argentina (Blaptica dubia).

Estas cucarachas, originarias de América Central y del Sur, miden un promedio de 4,5 cm de longitud. Los adultos son de color marrón a negro, con manchas amarillas o anaranjadas en el tórax y abdomen; con un claro dimorfismo sexual, puesto que los machos presentan alas, aunque raramente vuelan, mientras que las de las hembras son rudimentarias. Existe poca información bibliográfica de esta especie, al parecer se trata de una cucaracha peri-domiciliaria, suele vivir debajo de macetas, en jardines, parques y cementerios, creando sólo alguna molestia ocasional al hombre. Por tanto, no tiene demasiada importancia en control de plagas, de ahí la escasez de información. Sí existen abundantes datos sobre su cría y mantenimiento en cautividad, puesto que este insecto se emplea habitualmente como alimento vivo de mascotas “exóticas” como los anfibios y los reptiles.

Pero, ¿qué hacían estas cucarachas en las instalaciones de nuestro cliente si no es una especie establecida en España? Planteamos tres hipótesis principales. La primera es que los ejemplares, observados de manera puntual un único día, hubieran llegado en alguna caja u otra mercancía, bien procedente de alguna región originaria de estos insectos o de un almacén donde se pudieran estar criando estas cucarachas. Segundo, un escape accidental de algún vecino que las tuviera en su casa y que hubieran podido llegar hasta el local a través de alguna comunicación interna del edificio. Y la tercera, una liberación intencionada en el interior del establecimiento. En un principio, aunque la tercera hipótesis nos parecía la más probable, no podíamos descartar ninguna de las otras dos. Visitamos las instalaciones y no encontramos nada reseñable, a excepción de una única cucaracha muerta que permitió confirmar la especie. Sin embargo, varios días después, el cliente nos volvió a avisar porque habían aparecido dos crías de ratón, de nuevo en el aseo.

Ya no había dudas, la presencia de las cucarachas y los ratones se debía a una liberación intencionada. Las crías de ratón de tan corta edad no abandonan su nido, por lo que alguien las había colocado allí. Hay que decir que, casualmente, los ratones también son criados para la alimentación de reptiles en cautividad. Todo esto, junto con el hecho de que cucarachas y ratones hubieran aparecido en el aseo, con el local abierto y lleno de clientes, en un corto espacio de tiempo, y sin la detección de más indicios que los ejemplares encontrados, apuntalaban nuestras sospechas. Averiguar el motivo por el que alguien puede llegar a soltar cucarachas y ratones en un bar, no forma parte de nuestro trabajo y entra en el terreno de la especulación. Sin embargo, sí es nuestra obligación informar a nuestro cliente ante este tipo de situaciones y tranquilizarle explicándole que no existía ningún problema de plagas en el local. Las cucarachas y los ratones no estaban allí por casualidad.