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Se buscan aliados naturales para combatir las plagas de avispa velutina

Controladores naturales de la plaga de avispa asiática

24 Octubre, 2019

La avispa asiática (Vespa velutina) es una de las especies exóticas invasoras que mayor incidencia está teniendo en España en la actualidad. Para tratar de controlarla o, por lo menos frenar su expansión, se llevan a cabo grandes esfuerzos, empleando diferentes tipos de estrategias. Una de las líneas de actuación que se está siguiendo es favorecer la presencia de enemigos naturales de esta avispa. Al facilitar el asentamiento y el desarrollo de las poblaciones de depredadores de avispas, allí donde la velutina está presente o puede estarlo, se pretende que éstos colaboren en la lucha contra este insecto plaga invasor. No es una estrategia definitiva para luchar contra ella pero sí puede ser un buen método complementario. De estos aliados naturales, por supuesto animales locales, hablaremos precisamente a continuación.

Uno de los depredadores autóctonos que más puede ayudar a frenar a la avispa asiática es el abejero europeo (Pernis apivorus), un ave rapaz de unos 55 cm de longitud y unos 120 cm de envergadura. Muy ligada a ambientes forestales, el abejero ocupa la práctica totalidad del tercio norte peninsular, con poblaciones importantes también en el Sistema Ibérico y Central. Se estima que actualmente existen unas 1.850 parejas reproductoras en España. Su dieta está basada en el consumo de avispas y abejorros, tanto adultos como larvas y pupas. Aunque puede atrapar otros insectos, además de pequeños mamíferos, está especializado en extraer larvas y pupas de los panales, para lo cual posee un pico corto y fino. Para protegerse del ataque de las avispas, presenta adaptaciones morfológicas en patas y cabeza. Según un estudio realizado por la Universidad de Alcalá de Henares, el abejero europeo podría ser un buen depredador natural para la avispa invasora. Se ha podido comprobar como aproximadamente el 70% de los panales que estas aves llevaban a los nidos se correspondían con celdas grandes, propias de velutinas o del avispón europeo (Vespa crabo). Los restos encontrados en los nidos confirmaron que en la mayoría de las ocasiones pertenecían a la invasora, por lo que el ave parece que se ha especializado en consumir estas avispas.

El problema del abejero europeo como ayudante para luchar contra la avispa asiática es que se trata de una especie estival, sólo está presente en nuestro territorio hasta septiembre, pasando el invierno en África y no retornando hasta el siguiente abril. Por tanto, existen meses de actividad de la velutina no cubiertos por la presencia del abejero. Algo parecido ocurre con el abejaruco (Merops apiaster), pájaro de pequeño tamaño, unos 28 cm, y colorido plumaje, que también visita nuestro país en esos mismos meses. En este caso, el ave captura a los insectos de forma individual, al vuelo, y no atacando directamente los nidos. Sin embargo, sus poblaciones son mucho más numerosas, más de 100.000 parejas estimadas, por lo que su impacto en las poblaciones de velutina podría llegar a ser significativo. Señalar eso sí su distribución limitante, puesto que está ausente del norte peninsular, zona de establecimiento de la avispa asiática. Por tanto, esta especie podría ser aliada a la hora de frenar su expansión.

Otros expertos apuntan a un aliado animal diferente, el tejón (Meles meles). Este mamífero carnívoro de la Familia Mustelidae es un gran oportunista, consumiendo una amplia variedad de recursos (lombrices, insectos, frutos, pequeños mamíferos, etc.). Eso incluye también los nidos de avispa asiática en fase primaria y que se encuentren en el suelo o a baja altura, los cuales destroza con sus potentes uñas. La ventaja del tejón reside en que es un animal autóctono, presente durante todo el año en nuestro territorio y con buenas poblaciones repartidas por toda la Península Ibérica.

Como método singular, también debemos citar lo que está haciendo un vecino del Concello de Soutomaior, en Pontevedra, con lo que él denomina cuervos, aunque en realidad parece tratarse de cornejas (Corvus corone), un córvido de menor tamaño. Tras retirar pequeños nidos de velutina, los introduce en un saco en el congelador, matando a los adultos pero conservando a las larvas protegidas por las celdas. Al día siguiente ofrece a las aves estos avisperos, pudiendo observar como los devoran con avidez. El vecino espera con esta actuación crear sucesivas generaciones de pájaros que identifiquen los nidos de velutina como alimento, ayudando a su control, especialmente contra aquellos situados a gran altura y de más difícil acceso.