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A las ratas les gusta jugar al escondite

Las ratas tienen una gran habilidad para esconderse

17 Octubre, 2019

Solemos ver a las plagas urbanas más comunes, como las cucarachas, las chinches de cama, las ratas o los ratones, como bichos molestos e indeseables que es conveniente eliminar cuanto antes. Este rechazo tiene sentido, puesto que dichas plagas pueden provocar numerosos daños materiales y afectar a la salud de aquellas personas que las sufren. Sin embargo, no dejan de ser animales que cumplen con su función, aunque resulte incomprensible, y que desarrollan comportamientos típicos de su especie. En este sentido, un estudio científico muestra la cara amable de una de las plagas más odiadas, las ratas. Al parecer, estos roedores pueden aprender a jugar con los humanos y, además, disfrutan de ello.

Un grupo de científicos alemanes ha descubierto que a las ratas les encanta uno de los juegos preferidos por los niños pequeños, el escondite. Son capaces de aprender las reglas básicas del juego y disfrutan con él, puesto que no es un comportamiento condicionado por ninguna recompensa alimentaria. La investigación ha sido llevada a cabo por neurocientíficos de la Universidad Humboldt, en Berlín, los cuales han dado a conocer los resultados en un artículo publicado en la revista Science.

El estudio consistió en crear una sala de juegos de unos 30 metros cuadrados en la que se instalaron varios refugios de cartón y cajas de plástico opaco y transparente. En concreto, dispusieron tres escondites para los humanos y siete para los roedores, machos adolescentes de rata de laboratorio, la misma especie que la rata de alcantarilla (Rattus norvegicus). Cada juego comenzaba con una de las ratas de estudio dentro de una caja con tapa. Cuando al roedor le tocaba ser buscador, los investigadores cerraban la caja y se escondían, abriendo posteriormente la trampilla por medio de un control remoto. Tras el entrenamiento, la rata sabía que ésa era la señal para iniciar la búsqueda de la persona. Cuando se producía el encuentro, el investigador recompensaba al animal con caricias y cosquillas, no con comida. En otras ocasiones, a los roedores les tocaba esconderse. Saltaban de la caja, exploraban por la instalación en búsqueda de refugio y se escondían. Cuando el investigador los encontraba, eran recompensados de la misma manera.

En un periodo de dos semanas, cinco de las seis ratas de estudio aprendieron el juego de búsqueda y esconderse, siendo capaces de no intercambiar el rol mientras se desarrollaba cada juego individual. En una segunda tanda de experimentos, se emplearon otras cuatro ratas distintas, obteniéndose resultados similares a los anteriores. Los roedores mostraron indicios de disfrute del juego, puesto que se pudo registrar emisión de ultrasonidos durante el desarrollo del mismo y la ejecución de saltos de “alegría”, algo muy frecuente en muchos mamíferos, especialmente cuando son crías.

Sabemos que el juego en los animales, incluido el ser humano, es fundamental para aprender comportamientos claves que aseguren su supervivencia. En el caso de las ratas, el escondite es mucho más que una diversión, puesto que es una de sus principales estrategias de protección. En el desarrollo de nuestro trabajo de control de plagas hemos acudido a numerosos avisos por presencia de ratas en el interior de instalaciones. La captura in situ de ejemplares resulta muy complicada, además de potencialmente peligrosa dada su agresividad cuando se ven acorraladas. Estos roedores son capaces de ocultarse en los lugares más insospechados, permaneciendo inmóviles hasta que pasa el peligro. A pesar de que el cliente o nosotros hayamos visto perfectamente a los roedores o detectado indicios claros de su presencia, las ratas permanecen escondidas y pasan desapercibidas en falsos techos, sótanos, almacenes, cocinas e incluso baños. En esos casos no queda más remedio que dejar instalados cepos u otros dispositivos para su captura o, en caso necesario, la colocación de portacebos con cebo rodenticida.

El estudio demuestra también el alto grado de sociabilidad de las ratas. Estos animales viven frecuentemente en grupos, normalmente clanes familiares formados por un macho dominante, un harén de hembras y algunos machos subordinados. Es por ello que si aparece una rata en un local o vivienda, es más que posible que se encuentren o accedan otros ejemplares. Por todo ello, si quiere realizar un tratamiento de desratización seguro y eficaz, la mejor opción es contratar siempre a profesionales como los que formamos parte de Biodal Control Ambiental.