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Cómo la limpieza influye en el control de las plagas de cucarachas

La suciedad acumulada hace fracasar cualquier tratamiento de desinsectación para eliminar cucarachas

11 Octubre, 2019

La limpieza es una de las condiciones higiénico-sanitarias que más influyen a la hora de que un tratamiento para eliminar una plaga de cucarachas alemanas (Blatella germanica) resulte exitoso. Es cierto que hemos dicho en otras ocasiones que la suciedad no tiene por qué ser causa directa de un problema con estos insectos. Ello quiere decir que, por muy limpia que esté una vivienda, negocio o instalación, siempre existirá riesgo de sufrir la presencia de estas cucarachas. Como ya sabemos, su aparición puede deberse a la introducción de alguna mercancía infestada o por comunicación directa con otras viviendas o instalaciones a su vez afectadas. Sin embargo, mantener un buen estado de limpieza es imprescindible para que el número de cucarachas no aumente y para que cualquier tratamiento de desinsectación posterior, resulte satisfactorio. Exponemos a continuación las razones de ello.

Las cucarachas rubias sobreviven siempre que se den unas condiciones óptimas de humedad y temperatura, además de una adecuada disponibilidad de refugio y alimento. Con respecto a sus necesidades alimentarias, estos insectos se nutren con casi cualquier cosa, incluidos determinados materiales constructivos o incluso sus excrementos, sus vómitos y cadáveres de sus congéneres. Independientemente de esto, si unas determinadas instalaciones están muy sucias, las cucarachas tenderán a proliferar más fácilmente, gracias a la mayor cantidad de recursos disponibles. Esta suciedad, en la que incluiríamos además de polvo, restos de alimentos, papeles, cartones, trapos, plásticos, chapas o tapones, botellas vacías, etc., es responsable directa de que, en muchas ocasiones, los tratamientos de desinsectación resulten infructuosos. El biocida o la técnica empleada pueden estar funcionando bien, pero la falta de limpieza conduce a la aparición de sucesivos episodios de reinfestación. Veamos por qué.

Si el tratamiento se ha realizado mediante la aplicación de gel insecticida específico para cucarachas, el fracaso del mismo puede producirse por un fenómeno claro de competencia. Recordamos que estos geles son cebos alimenticios que contienen en su composición una materia biocida. Las cucarachas deben ingerirlo, por lo que están desarrollados con componentes atractivos para ellas, generalmente azúcares. Lógicamente, si hay abundantes restos de alimentos en las instalaciones, las cucarachas no se verán atraídas tan fácilmente por el gel, puesto que hay otras fuentes de comida tanto o más apetecibles para ellas que éste. Los acúmulos de suciedad actúan como una especie de isla refugio, donde las cucarachas pueden ubicar sus nidos. Entre toda esta porquería, los insectos encuentran un hábitat perfecto, especialmente las ninfas, en el que tienen protección y disponen de alimento sin necesidad de tener que desplazarse. Por tanto, en poco tiempo, estos mismos montículos actúan de fuente de recolonización y dispersión de la plaga.

En el caso de que el tratamiento para eliminar las cucarachas se haya hecho mediante pulverización o nebulización, los acúmulos de alimentos y otros restos de suciedad pueden proteger a las cucarachas de la acción del químico; especialmente si están depositados en lugares resguardados o inaccesibles. Hay que tener en cuenta que, aunque el biocida aplicado tenga cierta capacidad de persistencia, éste no se queda fijado de manera indefinida en las superficies; degradándose con las condiciones ambientales o siendo directamente eliminado al caerle agua encima o fregarse el suelo. Una vez más, la suciedad acumulada actúa como reservorio de cucarachas y fuente de futuras reinfestaciones.

Unas inadecuadas condiciones higiénicas es causa probable de que un servicio de control de plagas fracase. Es una situación típica que nuestros técnicos se encuentran en determinados establecimientos, especialmente bares o restaurantes. Los restos de alimentos y otra suciedad acumulada debajo y detrás del mobiliario, de cámaras frigoríficas y de otros equipos actúan como “reservas” de cucarachas, a pesar de que éstas hayan desaparecido del resto de las instalaciones. A partir de aquí, pueden comenzar su recolonización. En las cocinas de las viviendas también puede ocurrir algo similar, al acumularse la porquería en los bajos del mobiliario o detrás de electrodomésticos voluminosos o difíciles de mover. Por todo ello, una limpieza adecuada de las instalaciones es condición indispensable para minimizar el riesgo de sufrir una plaga de cucarachas y debe siempre preceder al inicio de cualquier tratamiento profesional de desinsectación frente a éstas.