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Biodal Control Ambiental también realiza tratamientos de desinfección

La desinfección y sus diferencias con la desinsectación y la desratización

25 Septiembre, 2019

Las empresas del sector de la sanidad ambiental nos caracterizamos, entre otras cosas, por llevar a cabo servicios o tratamientos DDD. Estas siglas se corresponden con desinsectación, desratización y desinfección. Lógicamente estos tres conceptos están relacionados, pero no implican el mismo tipo de actuaciones. En muchas ocasiones, los clientes los utilizan de forma errónea. No es raro escuchar “están aquí los de la desinfección”, cuando en realidad en esas instalaciones concretas llevamos a cabo únicamente el servicio de control de plagas. Por eso, a continuación vamos a diferenciar unos conceptos de otros, centrándonos específicamente en la desinfección.

La desinsectación y la desratización son los dos tipos de actuaciones más frecuentes que una empresa de control de plagas suele llevar a cabo en una ciudad como Madrid. Éstas conllevan el conjunto de estrategias necesarias para evitar o eliminar un problema de plagas. En el caso de la desinsectación, como su nombre indica, se actúa para eliminar insectos como cucarachas, hormigas, chinches de cama, avispas, moscas, pulgas, polillas, etc. Se incluiría también algún otro artrópodo como garrapatas o ácaros. La desratización también es sencilla de identificar; implica todos aquellos procedimientos encaminados a eliminar plagas de roedores, ratas y ratones principalmente. Pero, ¿y la desinfección? ¿En qué consiste exactamente este servicio? ¿Cuándo se lleva a cabo?

La desinfección es el conjunto de actuaciones que llevan a la eliminación parcial de las poblaciones microbianas; bacterias y hongos fundamentalmente, algunos de ellos potencialmente patógenos. En algunas ocasiones implica también la destrucción de virus. Nótese que empleamos el término parcial, puesto que una desinfección no elimina necesariamente todas las formas de vida microbiana, sólo las formas vegetativas. Es lo que lo distingue de la esterilización, en la cual se alcanza la destrucción completa de microorganismos, incluyendo esporas y otras formas de resistencia, además de los virus. Esta última se consigue con condiciones controladas de presión, temperatura y/o humedad; además de con tiempos de aplicación más prologados que en la desinfección. Hay que señalar que la desinfección se lleva a cabo sobre superficies u objetos inanimados, lo que a su vez la diferencia de la antisepsia. En sentido estricto, también difiere del efecto bacteriostático, con el que se limita el crecimiento o reproducción bacteriana pero no se produce su muerte.

La desinfección puede llevarse a cabo mediante procedimientos físicos, como la temperatura (65ºC durante 15 minutos) o la exposición a rayos UV. Sin embargo, lo más habitual es que se empleen para ello productos químicos, los denominados desinfectantes. Éstos suelen ser el peróxido de hidrógeno, compuestos clorados, aldehídos, amonios cuaternarios, compuestos fenólicos, alcoholes, etc. Las técnicas de aplicación de estos desinfectantes son básicamente la pulverización y la nebulización, aunque también puede realizarse por inmersión, lavado o recirculación, dependiendo del tipo de producto y/o material a tratar. En función también del desinfectante existe o no plazo de seguridad, es decir, periodo de tiempo en el que no pueden usarse las instalaciones tratadas; dicho plazo lo marca el fabricante. Por lo general, poseen plazo de seguridad determinados productos para la desinfección aérea (nebulización).

La desinfección suelen realizarse en ambientes en los que se realizan actividades sensibles o de uso público como son las dependencias médicas o sanitarias, instalaciones deportivas, industria alimentaria, etc. Por supuesto, es un proceso necesario si se ha producido algún brote infeccioso. En viviendas, por ejemplo, suele aplicarse en casos extremos como el de un síndrome de Diógenes o tras la presencia prolongada del cadáver de alguna persona, para hacerlas de nuevo habitables de manera segura. Pero también es solicitada por clientes que van a entrar a vivir en hogares muy sucios, afectados previamente por alguna plaga o en los que sus anteriores inquilinos llevaban a cabo comportamientos insalubres, como es el caso de uno de los servicios recientes llevado a cabo por nuestros técnicos. Puesto que se está tratando con microorganismos, en la desinfección existe la dificultad de valorar el denominado umbral de tolerancia, a la hora de realizar un tratamiento; algo que es mucho más sencillo si se trata de insectos o roedores. Recordamos que Biodal Control Ambiental también presta servicios de desinfección en Madrid.