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Veranos complicados con la plaga de mosca negra en Madrid

Incidencias con las moscas negras en Madrid

14 Agosto, 2019

Las plagas de cucarachas, hormigas o ratas suelen ser de las más molestas en verano. Sin embargo hay otras que, por lo general, tienen mayor repercusión si cabe. Nos referimos a aquellos insectos que provocan picaduras en las personas como las avispas o los mosquitos. Si las picaduras son más graves de lo normal, la alarma social está asegurada. Es lo que ocurre con la temida mosca negra. En determinadas zonas del sureste de la Comunidad de Madrid, este insecto hematófago está causando numerosos problemas y las poblaciones locales reclaman a las autoridades medidas urgentes para el control de la plaga.

Las moscas negras son unos insectos dípteros de pequeño tamaño pertenecientes a la Familia Simuliidae. Por tanto, nada tienen que ver ni con las moscas verdaderas (Familia Muscidae) ni con los mosquitos (Familia Culicidae). Con estos últimos sí comparten el hábito de alimentarse de la sangre de otros animales, incluidos los humanos. Las hembras necesitan ingerirla obligatoriamente para la maduración de los huevos. Para obtenerla, después de encontrar a sus víctimas gracias a estímulos visuales, olfativos o táctiles, rasgan la piel de éstas con la ayuda de unas mandíbulas serradas, produciendo así una pequeña herida que puede observarse a simple vista. Durante la picadura, inoculan sustancias anestésicas, vasodilatadoras y anticoagulantes, que provocan, entre otras cosas, que el hospedador no sienta molestia alguna. Estas sustancias inoculadas con su saliva son las responsables de la aparición de reacciones alérgicas severas en algunas de las personas afectadas. Una vez pasado el efecto anestésico, las picaduras suelen ser bastante molestas, incluso dolorosas, presentando por lo general un punto central sangrante con inflamación local, aumento de la temperatura y tumefacción. Las moscas negras pican durante el día, aunque con mayor frecuencia entorno al crepúsculo. Su desarrollo está ligado al medio acuático, concretamente a los cursos de agua corriente como ríos o canales.

Aunque como ya vimos, estos insectos tienen relevancia sanitaria como potenciales vectores de enfermedades en ciertas regiones del planeta, en España su importancia reside únicamente en las molestas picaduras. Dependiendo del grado de sensibilidad de cada persona, éstas pueden desembocar en complicaciones derivadas de la reacción alérgica. Por este motivo, en zonas con fuerte presencia de mosca negra, la calidad de vida de sus habitantes se ve alterada. Además, se reducen significativamente las actividades al aire libre, con las consecuentes pérdidas económicas. También supone un incremento de las intervenciones sanitarias en centros de atención primaria y hospitales, elevándose así el gasto público y saturando el sistema de salud.

Desde hace unos cuantos años, las moscas negras están teniendo una especial relevancia en el sureste de Madrid, entorno a los cauces de los ríos Jarama y Henares. Municipios como Alcalá de Henares, Coslada, Arganda, Velilla de San Antonio o Rivas Vaciamadrid se quejan de estar sufriendo a estos molestos insectos desde hace ya varios veranos. Desde el CSIC, que colabora con la Comunidad de Madrid en la lucha contra este insecto, aseguran que es cierto que está presente en estos ríos; pero su población es baja, no pudiendo calificarse la situación como de plaga. Los vecinos de la zona no opinan lo mismo y reclaman más medidas que la simple colocación de cajas nido para murciélagos. Por otro lado, desde la renaturalización del cauce del río Manzanares a su paso por la capital madrileña, se ha citado la presencia de mosca negra en Madrid ciudad. Sin embargo, no hay datos suficientes que lo corroboren y desde el Ayuntamiento se llevan a cabo los tratamientos necesarios para evitar su proliferación, consistentes generalmente en la aplicación del patógeno Bacillus thuringiensis. En otras regiones de España, como en la ribera del Ebro, también se han producido incidencias notables con estos simúlidos.

Las moscas negras siempre han estado presentes en nuestro entorno, no son especies invasoras. Entonces, ¿por qué se registran ahora todos estos problemas con ellas? Algunos estudios apuntan a un incremento de sus poblaciones debido a causas ambientales, a la mejora de la calidad de las aguas, al aumento de los cultivos de regadío y, sobre todo, a la proliferación de macrófitos o plantas acuáticas en los sistemas fluviales alterados por el ser humano. Sea por la razón que sea, la mosca negra se ha convertido en una más de las plagas veraniegas que azotan determinadas zonas urbanas de Madrid.