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Historia y evolución del control de las plagas urbanas (II)

historia del control de plagas: del siglo XIX a la actualidad

11 Junio, 2019

En el post anterior hablamos sobre los orígenes del control de plagas. Se podría decir que, en los primeros tiempos históricos, la lucha contra las plagas era una tarea individual, no existiendo profesionales dedicados a estas labores. Éstos surgieron con el desarrollo de las grandes ciudades durante la Edad Media. Como ya vimos, existen pruebas, en forma de grabados del siglo XVII o XVIII, que evidencian la existencia de cazadores de ratas, personas encargadas de eliminar a los roedores de las urbes. Sin embargo, ¿qué ocurrió en los siglos posteriores? ¿Cuándo surgieron las primeras empresas de control de plagas? ¿En qué se diferencian los servicios prestados hoy en día a lo que se hacía hace unas décadas? A todo ello trataremos de responder a continuación.

Como ya habíamos avanzado la semana pasada, el inicio del uso y desarrollo de productos químicos dedicados exclusivamente a luchar contra los organismos nocivos, resultó todo un hito que marcaría para siempre la historia del control de plagas. Los primeros plaguicidas surgieron en los inicios del Siglo XIX, cuando se descubrió de forma accidental la acción biocida de algunos elementos naturales como el azufre, el cobre, el arsénico, el fósforo o las piretrinas, derivadas de los pétalos del crisantemo. Un siglo más tarde, en la década de los años 20, empezaron a emplearse diferentes aceites insecticidas y se inició la producción de los primeros plaguicidas sintéticos. Años más tarde, una fecha es clave para la gestión de los organismos nocivos, el año 1940. Entonces el químico suizo Paul Hermann Müller descubrió las propiedades insecticidas del conocido DDT, que supuso el origen de la industria de los plaguicidas organosintéticos. En ese tiempo también se empezaron a utilizar los primeros rodenticidas anticoagulantes, para eliminar las plagas de roedores. La prohibición del DDT en el año 1979 llevó a la generación de otros tipos de productos menos peligrosos, como los carbamatos, los piretroides y los organofosforados, algunos de los cuales todavía se utilizan en la actualidad. La aparición de todos estos productos específicos para eliminar plagas, muchos de los cuales requerían de cierta especialización para su aplicación, debido sobre todo a su elevada toxicidad; llevó aparejada la creación de empresas dedicadas exclusivamente a estas labores. Así es como los controladores de plagas nos convertimos en profesionales imprescindibles para el desarrollo y protección de la salud de las sociedades modernas.

Durante varias décadas los trabajos de control de plagas consistían básicamente en la aplicación de productos biocidas, ya fuera para resolver un problema concreto o para prevenir su aparición. Sin embargo, desde hace unos pocos años, se ha producido otro cambio importante en el sector que ha llevado a definir una nueva etapa en la evolución del control de plagas. La preocupación social sobre el efecto de estos químicos en la salud y el medio ambiente, ha hecho que se cree una nueva filosofía de trabajo recogida en un concepto del cual ya hemos hablado anteriormente, el control integrado de plagas.

Actualmente, la legislación vigente relega el uso de biocidas al último recurso, priorizando las medidas de prevención que eviten la entrada y proliferación de organismos nocivos, así como los métodos físicos de control. El uso de químicos está cada vez más restringido y los productos poco tienen que ver con los de hace unas décadas, en cuanto a toxicidad, persistencia, usos de aplicación, etc. La industria química se centra ahora en desarrollar herramientas específicas para la plaga que se quiere combatir, menos tóxicas y que supongan menor impacto en la salud y el medio ambiente. Por otro lado, los últimos avances tecnológicos también se están incorporando poco a poco al sector de control de plagas, como por ejemplo los sistemas de control telemático para roedores. Lo que está claro es que las empresas del sector de la sanidad ambiental debemos actuar como gestores de plagas, no como meros aplicadores o “fumigadores”. El asesoramiento y la información al cliente son igual de importantes que los tratamientos bien hechos.

Por eso, ya lo sabe, si necesita la mejor empresa de control de plagas en Madrid, contrate los servicios de Biodal Control Ambiental.