Contacte con nosotros

Especialistas en control de plagas. Resultados garantizados, al mejor precio.

Historia y evolución del control de las plagas urbanas (I)

Historia y evolución del control de plagas urbanas

5 Julio, 2019

La vida de los seres humanos ha estado asociada desde antiguo a la lucha constante contra las plagas; sobre todo desde que éstos pasaron de ser nómadas a sedentarios, allá por el Neolítico. Muchos de estos organismos nocivos evolucionaron o adaptaron su comportamiento a las costumbres o hábitos del hombre. Cucarachas, hormigas, chinches de cama, ratas o ratones han acoplado sus ciclos vitales para sacar el máximo partido de los recursos que las personas les aportamos. Más allá de las molestias que todos estos seres nos causan, como siempre decimos, el control de plagas es de vital importancia para proteger la salud, los bienes y materiales, así como el medio ambiente. Esto es algo que siempre se ha sabido, aunque, como veremos a continuación, los métodos, técnicas y estrategias de control de plagas, han ido variando a lo largo de la historia.

Las formas más primitivas de gestión de organismos nocivos podemos encontrarlas ya desde la Época Antigua. Egipcios, griegos o romanos utilizaban distintos animales para mantener sus hogares libres de determinas plagas. Jinetas, meloncillos y posteriormente gatos, fueron utilizados para el control de ratas y ratones principalmente; aunque también para eliminar otros animales como conejos, serpientes o culebras que, en determinadas circunstancias, pudieran ocasionarles problemas. De estos controladores naturales de plagas hablamos ya en un post anterior. Con respecto a la eliminación de las plagas de insectos, cabe pensar que se realizaba de manera manual o mecánica, aunque como es lógico, el umbral de tolerancia que se tenía frente a la presencia de cucarachas u hormigas no era el mismo que el que podemos tener en la actualidad. Aquí entrarían métodos tradicionales como por ejemplo, para librarse de las chinches de cama, sacudir y ventilar jergones o colchones, además de rociarlos con agua hirviendo. En todos estos casos, la gestión de las plagas era una tarea individual, que cada cual debía llevar a cabo en función de sus posibilidades.

Los primeros profesionales del control de plagas surgieron en Europa durante la Edad Media, con la generación de las grandes urbes. Existían aquí los conocidos como cazadores de ratas, una especie de alimañeros dedicados a eliminar de las calles ratones, ratas negras y, posteriormente, ratas pardas. Existen numerosos grabados europeos del siglo XVII o XVIII que recogen los detalles de esta profesión; por lo general, un hombre provisto de un estandarte en el que aparecen representados roedores, un palo largo a modo de arma, del que cuelgan sus capturas, jaulas y, en ocasiones, perros, gatos o hurones a modo de ayudantes. Sin embargo, un siglo más tarde, tuvo lugar un acontecimiento clave que supuso una auténtica revolución y el inicio de lo que hoy entendemos como control de plagas. Nos referimos al desarrollo de los primeros productos químicos dedicados exclusivamente a la lucha contra las plagas.

Durante el siglo XIX y, sobre todo, el XX la industria química empleó o desarrolló innumerables productos biocidas para eliminar plagas, desde el fósforo o las piretrinas, pasando por el conocido DDT o los organofosforados. Con ellos surgieron las primeras empresas dedicadas al control de plagas y de ahí llegamos hasta nuestros días, donde los servicios de desinsectación o desratización son muy diferentes a lo que se hacía hace tan solo unas décadas. Pero de ello hablaremos más en profundidad en un próximo artículo.