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Crear insecticidas en humanos para combatir a los mosquitos de la malaria

Insecticidas humanos para combatir a los mosquitos de la malaria

6 Junio, 2019

Grandes esfuerzos se invierten en combatir a la plaga que mayor incidencia tiene sobre la salud humana, la de los mosquitos. Estos dípteros “chupasangre” son vectores de transmisión de una amplia variedad de enfermedades, entre ellas, la malaria o paludismo. Como recordamos, esta patología está causada por un parásito del Género Plasmodium, trasmitido al ser humano a través de la picadura de mosquitos hembra del Género Anopheles. A pesar de los avances conseguidos en la prevención de esta enfermedad, todavía tiene bastante prevalencia a día de hoy, con más de 200 millones de casos detectados al año, afectando a 91 países y dejando un balance de casi medio millón de muertes anuales, según datos de la OMS. De ahí la importancia que tiene la aparición de cualquier novedad para el control de esta enfermedad y de las poblaciones de mosquitos que la transmiten.

Hasta la fecha, el sistema más eficaz para combatir a la malaria es el uso de mallas mosquiteras con insecticida incorporado en su composición. Estas redes protegen a las personas de las picaduras de los mosquitos, matando a los insectos cuando entran en contacto con ellas. Se estima que este sistema puede haber salvado la vida a más de 4 millones de personas en los últimos 15 años. Sin embargo, ahora se quiere dar un paso más en la lucha contra los mosquitos y la prevención de la malaria. Desde hace varios años, se está investigando la posibilidad de que sean los propios humanos los que combatan a los mosquitos al ser éstos picados. Pruebas de laboratorio sugieren que esta técnica podría funcionar bien a la hora de combatir la enfermedad.

En este método, las personas tienen que tomar un medicamento, la ivermectina, empleada por ejemplo para luchar contra enfermedades provocadas por algunos parásitos como la oncocercosis, y que al parecer también es letal para los mosquitos. En pruebas realizadas en laboratorio, se trataba a los sujetos de estudio con pastillas del fármaco para, posteriormente, dejarse picar por los mosquitos. Así comprobaron como los dípteros, tras alimentarse de las personas medicadas, perdían agilidad y capacidad de movimiento, veían alterada su fertilidad y vivían menos tiempo. También observaron que los mosquitos morían pocas horas después de haber picado a una persona que había ingerido recientemente la ivermectina. Esto indica que los mosquitos aumentan su supervivencia conforme más tiempo pase de la toma del medicamento, pero aun así, éste es capaz de limitarla entorno a una semana, lo que incide directamente en el ciclo de transmisión de la malaria, puesto que el parásito necesita unos 10 días para desarrollarse dentro del insecto.

El siguiente paso es comprobar la eficacia de este insecticida humano en condiciones reales, fuera del laboratorio. ¿Podría disminuir el medicamento la incidencia del paludismo en un área tratada con éste? Recientemente se han publicado los resultados de un experimento realizado en Burkina Faso y donde participaron unas 2.700 personas. En aquellas poblaciones donde se suministró el medicamento, se observó una reducción del 20% en la incidencia de la malaria en niños, el grupo poblacional más vulnerable. El próximo objetivo es realizar pruebas a mayor escala. En ello están los investigadores del instituto de salud ISGlobal de Barcelona, que pretenden repetir la experiencia en poblaciones de Mozambique y Tanzania, donde viven más de 100.000 personas. El proyecto, denominado Bohemia, y para el que ya cuentan con financiación, trata de demostrar que el suministro del fármaco puede ser un complemento, que no una sustitución, a las redes mosquiteras para el control de la malaria en áreas endémicas. Dicho proyecto tendrá una duración de dos años. Además, también se pretende suministrar el fármaco al ganado, puesto que algunas especies de mosquitos también se alimentan de estos animales, convirtiéndose así en otro foco de dispersión para la malaria.

A pesar de las grandes dificultades de esta iniciativa, sobretodo logísticas, teniendo en cuenta las grandes extensiones de terreno que se deben recorrer para tratar de convencer a las poblaciones locales sobre las bondades de este medicamento; sus promotores esperan poder estudiar los efectos de la ivermectina y ver si es efectiva a la hora de reducir los casos de malaria. Si los resultados son positivos, se espera que la OMS recomiende este método como una nueva herramienta que ayude a reducir las muertes anuales causadas por el paludismo.