Lechuzas con GPS para monitorizar plagas de topillos

7 Febrero, 2019

La detección temprana de un problema de plagas es fundamental para poder solucionarlo de una manera eficiente. Ocurre en todos los ámbitos, pero especialmente en aquellas plagas que afectan al campo. Anticiparse a este tipo de situaciones hará que la solución se obtenga de la forma más rápida y sencilla posible, ahorrando no sólo en tiempo, sino por ejemplo también en gasto de productos biocidas; lo que en definitiva incidirá en un menor impacto para el medio ambiente. Para conseguir todo esto son necesarias la vigilancia y la monitorización continua, a través de las cuales se obtendrá información en tiempo real sobre el estado de determinadas plagas.

Una de las plagas con mayor incidencia en Castilla y León es la de los topillos campesinos (Microtus arvalis), roedores cuyas poblaciones sufren explosiones demográficas cada tres o cuatro años, afectando severamente a muchos cultivos. Como ya analizamos en su día, esta especie ocupaba hace unas décadas únicamente los sistemas montañosos de la mitad norte de España. Los cambios en la ocupación del suelo, con un aumento de la superficie de regadío, es uno de los factores más importantes que ha contribuido a su expansión y conversión en plaga. Para tratar de combatirlos y reducir al mismo tiempo el uso de químicos, el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa) puso en marcha hace diez años un proyecto para favorecer la presencia y cría de depredadores de topillos como cernícalos vulgares (Falco tinnunculus), cernícalos primilla (F. naumanni) o lechuzas comunes (Tyto alba) en varias zonas de la comunidad castellanoleonesa. El objetivo de este método de control biológico era reducir precisamente las poblaciones de estos pequeños roedores. Ahora Grefa ha ido un paso más allá a la hora de desarrollar esta iniciativa.

El personal de la ONG ha equipado a un total de nueve lechuzas con emisores GPS en Castilla y León. La idea forma parte de un novedoso estudio en el que, además de profundizar en el conocimiento sobre la biología y el comportamiento de estas rapaces, se trata de comprobar si su seguimiento puede proporcionar la información necesaria para servir como alerta temprana ante posibles plagas de topillos campesinos. Se trata de nueve ejemplares adultos que se reproducen en cajas nido instaladas por Grefa en Segovia, Palencia, Zamora y Valladolid, en el marco de su mencionado proyecto de control biológico de plagas de estos roedores. A las aves se les ha instalado un emisor de batería, de unos 5 gramos de peso, sujeto a sus cuerpos a través de un arnés de teflón.

La finalidad de este estudio es comprobar el potencial de este marcaje de las lechuzas con GPS como herramienta de prevención y gestión fitosanitaria. La organización conservacionista espera que las nueve aves marcadas proporcionen información acerca de las localizaciones mensuales de las mismas, durante un periodo de casi dos años; permitiendo así conocer sus movimientos en función de las densidades de topillos u otras presas. A partir de los resultados obtenidos, se baraja emplear dispositivos de seguimiento más precisos como los datalogger, los cuales permitirían conocer las zonas de campeo y caza más utilizados por las lechuzas; pudiéndose prever así explosiones demográficas de topillos. Esta información temprana sería clave para avisar a tiempo a los agricultores de las actuaciones preventivas que pueden realizar para atajar el problema. Este sistema de marcaje también sirve para evaluar los efectos de la aplicación indiscriminada de rodenticidas anticoagulantes, altamente tóxicos para estas aves depredadoras, a través de la identificación precisa de eventos de mortalidad.

Interesante y novedosa iniciativa en la que un proyecto de control biológico, donde se favorece la presencia de aves rapaces, se utiliza al mismo tiempo para la monitorización de las plagas de topillos en estos territorios.