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Redes insecticidas para el control de plagas de productos almacenados

Redes insecticidas para combatir plagas de productos almacenados

30 Enero, 2019

Según la normativa vigente que afecta al sector de control de plagas y que sigue los principios del Control Integrado, los tratamientos químicos con carácter preventivo no están permitidos. Esto quiere decir que aplicar un biocida para evitar que nos aparezcan insectos o roedores, no es una práctica adecuada. Se debe priorizar siempre la adopción de medidas de actuación pasiva, así como los métodos de control físico. Eso no quiere decir que en determinadas circunstancias, por un elevado riesgo de infestación o el grado de sensibilidad de la actividad realizada en unas instalaciones determinadas, éstas puedan tratarse químicamente como medida de protección; siempre y cuando quede perfectamente justificado. Un buen ejemplo de ello es la técnica en desarrollo de la que hablaremos a continuación, de aplicación en el control de plagas de los productos almacenados.

Las denominadas redes con insecticidas incorporados de larga duración, conocidas como redes LLIN (Long-Lasting Insecticide-Incorporated Netting), son un método empleado desde hace tiempo para combatir las enfermedades transmitidas por mosquitos en determinados países tropicales y subtropicales. Están recomendadas por la OMS, por ejemplo, para el control y la prevención de la malaria. Dichas redes tienen la función de proteger a las personas de las picaduras de los mosquitos, matando a estos insectos cuando entran en contacto con ellas. Por lo general, suelen consistir en telas mosquiteras impregnadas con un insecticida piretroide, normalmente permetrina o deltametrina. Estos materiales llevan incorporado el insecticida en sus fibras, el cual se va liberando poco a poco, alcanzando una vida útil de varios años incluso tras someterlos a varios lavados.

Desde hace poco tiempo, se está considerando que este tipo de métodos se adopte en el control de plagas de productos almacenados, ocasionadas en su mayoría por insectos. Como existen dudas sobre su eficacia en este tipo de ambientes, un estudio llevado a cabo por el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA) ha analizado su utilidad para luchar contra dos de las principales plagas de este tipo, los escarabajos Tribolium castaneum con respecto a los daños en la producción de harinas y Rhyzopertha dominica, en su afección a los granos enteros almacenados. Dichas especies fueron seleccionadas para comprobar la efectividad de estas redes insecticidas por sus comportamientos diferenciales, puesto que la primera apenas vuela y su presencia se limita a las instalaciones y áreas próximas, mientras que R. dominica es un gran volador, por lo que presenta mayor capacidad de dispersión.

En este caso, las mallas insecticidas se disponen sobre elementos de riesgo en este tipo de instalaciones, como pueden ser las ventanas, las rejillas de ventilación, los respiraderos o los palés de almacenamiento de producto. La investigación ha comprobado los efectos subletales de las redes LLIN sobre las especies consideradas, atendiendo especialmente al impacto sobre su capacidad de movimiento y dispersión. Los resultados mostraron que con tiempos breves de exposición, de apenas 1 minuto, estas mallas son suficientes para afectar de igual forma a la reducción de movimiento y a la desorientación de los insectos, que en exposiciones más largas de 10 minutos; por lo que dejan claro que el tiempo de exposición no supone un factor limitante. La capacidad de dispersión de los insectos de estudio continuó afectada después de 2 ó 3 días desde el primer contacto con el material, sin posibilidad de recuperación y con la incapacidad de todos los adultos para dispersarse dentro de las instalaciones con alimentos. Para ambos organismos plaga, los efectos tuvieron una duración de hasta 7 días.

A tenor de estos resultados, los autores afirman que este tipo de tecnología tiene un gran potencial para la industria agroalimentaria, ya que estas redes pueden constituir adecuadas barreras que detengan la entrada de insectos, además de afectar significativamente la capacidad de dispersión de los mismos por el interior de las instalaciones, con efectos inmediatos y duraderos sobre los insectos considerados. Su efectividad puede incrementarse además si las redes insecticidas se combinan con sustancias atrayentes como por ejemplo las feromonas. Por todo ello, la inclusión de esta nueva metodología en los programas de control integrado de plagas de los productos almacenados resulta una opción muy interesante.