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El problema de Badajoz con los gansos del Guadiana

Badajoz tiene un problema con la población de gansos del Guadiana

28 Marzo, 2018

Cualquier organismo puede acabar ocasionando una plaga. No sólo porque su población crezca de forma desmesurada, sino porque su simple presencia provoque daños o efectos negativos en la salud o el entorno. Por lo general, suele ser responsabilidad del propio ser humano. Lo que ocurre es que, cuando no se trata de cucarachas o ratas, sino de animales domésticos, la situación puede resultarnos curiosa e incluso divertida; lo que puede llevarnos a infravalorar los posibles efectos adversos. Esto es lo que está ocurriendo en la actualidad con la población de gansos de un parque público situado en las inmediaciones de río Guadiana, a su paso por la ciudad extremeña de Badajoz.

Las aves, variedad doméstica del ánsar o ganso común (Anser anser), también llamadas ocas, son muy comunes en los lagos y estanques de multitud de parques urbanos. Conviven con infinidad de aves acuáticas como patos, domésticos y silvestres, gaviotas, cormoranes, fochas, gallinetas, etc. Normalmente se les puede observar en ruidosos grupos, bien en el agua, o caminando por sus inmediaciones en búsqueda de alimento, que por lo general incluye brotes tiernos de plantas herbáceas, tallos, hojas, raíces y tubérculos. Son sedentarios, viven permanentemente en nuestro territorio, a diferencia de sus parientes silvestres que realizan migraciones y sólo pasan el invierno en la Península Ibérica. Por lo general, tiene el pico anaranjado y son de color blanco, aunque pueden presentar variaciones grisáceas por su cruce con ejemplares salvajes. No es infrecuente encontrar también ejemplares híbridos con otras especies de gansos no autóctonas como la variación doméstica del ganso cisne (A. cygnoides).

Las aves extremeñas en cuestión llegaron a la zona en el año 2015. Al principio constituían un grupo de unos 40 animales, pero en menos de tres años alcanzan ya el medio millar de ejemplares. Las causas de este gran incremento poblacional no están muy claras. Aparte de la propia reproducción de los gansos, se cree que algunos de los ejemplares han llegado desde el cercano Parque Castelar. También se sospecha que otros puedan proceder de la liberación intencionada por parte de personas que poseían este tipo de aves.

Pero, ¿son realmente una plaga? ¿Por qué están causando problemas? En primer lugar, la existencia de gran cantidad de ejemplares en un área reducida, está ocasionando daños en la vegetación del parque. Además, originan mucha suciedad, por acúmulo de sus excrementos, de un tamaño considerable. Al ruido o a las molestias para el tránsito de los ciudadanos, hay que añadir que incluso llegan a invadir los negocios de hostelería de la zona, en búsqueda de alimento. Este tipo de situaciones son consecuencia de la alimentación de animales en zonas urbanas; hábito que puede desembocar a su vez en problemas de proliferación de ratas y otras plagas. Por otro lado, remarcar que existe la posibilidad de transmisión de determinadas enfermedades zoonóticas a la población como la clamidiosis o la salmonelosis.

Aún con todo, lo que más preocupa es su posible afección a la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) Azud del Guadiana de Badajoz, que es la única en España de importancia para las aves acuáticas en el interior de una ciudad, según afirman desde SEO Bird Life. La elevada densidad de ocas pone en serio peligro, junto con otros factores como la plaga del camalote, a las colonias de garzas de diversas especies que habitan en la zona; siendo especialmente sensibles el avetoro común (Botaurus stellaris) o la garcilla cangrejera (Ardeola ralloides), por encontrarse ambas en peligro de extinción.

Son varias las iniciativas que se han intentado llevar a cabo para reducir el número de gansos en el parque del Guadiana. El traslado de ejemplares a otras zonas ha sido planteado, mientras que la esterilización a través de piensos se ha descartado por su posible afección a otras aves. El sacrificio de individuos es otra de las opciones, recomendada por técnicos, biólogos y desde la propia SEO; sin embargo, debido a la controversia que podría generar la actuación, de momento no se ha llevado a cabo. No tomar este tipo de medidas drásticas, sólo por evitar polémicas, como ocurre también en el caso de las exóticas cotorras argentinas en muchos lugares, agravará la situación. La falta de coordinación entre las administraciones competentes termina por complicar aún más el problema.