La reclasificación toxicológica de los anticoagulantes y sus posibles consecuencias

21 Marzo, 2018

Según el control integrado de plagas, emplear biocidas químicos para luchar contra organismos nocivos debe ser siempre el último recurso, una vez agotadas otras alternativas. Sin embargo, son una opción y los profesionales del sector de la sanidad ambiental los utilizamos frecuentemente. En su aplicación deben seguirse pautas relativas a su eficacia, especificidad o menor grado de toxicidad. Pese a todo, las autoridades sanitarias tienden a restringirlos, para proteger la salud de las personas y el medio ambiente.

Estas políticas tienen un objetivo lógico; evitar abusos con respeto a la utilización de estos productos, lo que puede provocar gran cantidad de efectos adversos. Sin embargo, el hecho de que los profesionales contemos cada vez con menos herramientas para controlar a las plagas, puede desembocar en una paradoja. ¿Qué es más perjudicial para nuestra salud o entorno? ¿Exponernos a biocidas empleados de forma racional o sufrir las consecuencias de poblaciones crecientes de organismos plaga provocadas por dicha restricción? Un ejemplo de este interesante debate lo tenemos con la reciente reclasificación toxicológica de varias sustancias rodenticidas anticoagulantes, materias activas de los rodenticidas de mayor uso en la actualidad.

Como ya habíamos comentado en un post anterior, el Reglamento 2016/1179 de la UE modificó la clasificación de algunos anticoagulantes con concentraciones iguales o superiores al 0,003%, a Tóxicos para la Reproducción. Recordamos que las materias activas afectadas son brodifacoum, bromadiolona, clorofacinona, cumatetralilo, difenacoum, difetialona, flocoumafen y warfarina. El Reglamento ha entrado en vigor precisamente este mes, el pasado día 1 de marzo, lo que significa que los cebos con concentraciones iguales o superiores al 0,003%, sólo podrán ser utilizados por profesionales que dispongan de un nivel especial de capacitación. Hay que decir que hasta ahora, la mayoría de productos que contenían estas materias activas, a excepción de la difetialona, estaban formulados con concentraciones al 0,005%. Aunque estos rodenticidas podrán seguir utilizándose por profesionales especializados, los fabricantes están empezando a comercializar productos con concentraciones de estas materias activas por debajo del 0,003%.

Esta bajada de concentraciones suscita ciertas dudas sobre la efectividad futura de los rodenticidas anticoagulantes. También se teme el desarrollo de resistencias a los productos por parte de los roedores. Estas resistencias complican bastante el control de plagas de ratas, sobretodo, y ratones. En Reino Unido este fenómeno ha sido estudiado en profundidad, habiéndose constatado evidencias crecientes de resistencias frente a bromadiolona y difenacoum, en ambos tipos de roedores. Desde la British Pest Control Association expresan su preocupación sobre si la reducción en la concentración de las materias activas pueda provocar una mayor selección de ratas y ratones resistentes a anticoagulantes. Recordamos que la resistencia a anticoagulantes tiene una base genética, ya que se debe a mutaciones en la enzima que reduce la vitamina K.

La asociación británica afirma también que los cebos con anticoagulantes de primera generación (warfarina) no serán eficaces formulados por debajo del 0,003%, por lo que dejarán de ser una opción viable para los tratamientos. Con respecto al resto de materias activas, hasta ahora no se conocen casos de resistencias prácticas, y son adecuados para el control de roedores que muestran resistencia frente a anticoagulantes. Por tanto, la reformulación de estos productos a concentraciones inferiores al 0,003%, no debería suponer, en principio, una disminución en su eficacia. Además, al ser las materias activas más potentes, no se espera el desarrollo de resistencias.

Esta restricción podría ser el primer paso para que las instituciones europeas limiten aún más el empleo de estos rodenticidas. La cuestión es que, hoy por hoy, no existen demasiadas alternativas, químicas o de otro tipo, que remplacen a los anticoagulantes de manera efectiva. En la actualidad, entre los químicos, sólo podemos citar la alfacloralosa, materia activa no anticoagulante, valida únicamente para controlar plagas de ratones.

Situación compleja para la que Biodal Control Ambiental, como empresa de desratización en Madrid, ofrece los mejores servicios de prevención, así como los tratamientos más eficaces y seguros para eliminar ratas y ratones.