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9 Marzo, 2018
Ya hemos explicado en alguna ocasión que, a pesar de que las termitas y las hormigas presenten ciertas semejanzas, se trata de insectos diferentes y alejados filogenéticamente. Esto último implica que, a pesar de esas similitudes aparentes, estos dos grupos no están directamente relacionados desde un punto de vista evolutivo. Recordamos que las hormigas pertenecen al orden de los himenópteros, junto con las abejas o las avispas. Las termitas, sin embargo, son isópteros, infraorden englobado recientemente dentro del Orden Blattodea; grupo al que también pertenecen otros insectos plaga, las cucarachas, con las que se encuentran emparentadas. Además de este distinto origen evolutivo, unas y otras presentan notables diferencias. Sobre dichas diferencias y algunas similitudes vamos a hablar precisamente a continuación.
La verdad es que si nos fijamos detenidamente, las termitas y las hormigas no se parecen tanto como podría parecer a simple vista. Prácticamente lo único que comparten es un similar modo de vida, en forma de complejas sociedades divididas en castas. Si atendemos a su aspecto externo, las obreras de las termitas, menos visibles que las de las hormigas, presentan un cuerpo blando poco pigmentado. Por el contrario, el cuerpo de las hormigas está más esclerotizado y pigmentado, por lo que adquieren generalmente tonos negros, marrones o rojizos. Otra diferencia muy marcada entre obreras de uno y otro grupo, es que las de las termitas carecen de ojos compuestos y ocelos, sí presentes en las de los himenópteros. Además, en el cuerpo de estas últimas se encuentra perfectamente diferenciado el tórax del abdomen, mientras que en las termitas no se aprecia esa diferenciación tan marcada. Por otro lado, en las castas reproductoras, es también característico el hecho de que los individuos alados de las termitas presentan dos pares de alas similares en cuanto a tamaño y venación. En las hormigas al contrario, el primer par de alas de los reproductores es significativamente mayor que el segundo.
Precisamente, es en la casta reproductora donde se da una de las mayores distinciones entre hormigas y termitas. En la colonia de estas últimas reside siempre una pareja de reproductores primarios, rey y reina. Sin embargo, en hormigas sólo existe de manera continua una reina, ya que los machos mueren tras aparearse. Además, en termitas se pueden encontrar también reproductores suplementarios, que sustituyen al rey, a la reina o a ambos cuando éstos mueren. No ocurre así en las hormigas. Así mismo, en algunos termiteros existe una casta adicional no presente en hormigas, los pseudoergados. Estos individuos, en función de las necesidades de la colonia, se transforman en obreras, soldados o reproductores suplementarios.
En cuanto a su desarrollo, ambos insectos también presentan diferencias. Las termitas son hemimetábolas, es decir, sufren metamorfosis incompleta y en los termiteros podemos encontrar ninfas en lugar de larvas. Las hormigas por su parte son holometábolas, por lo que su metamorfosis es completa y en su caso sí existen estadios larvarios.
Si hablamos del tipo de alimentación, las termitas se nutren de celulosa, en su mayor parte de la madera; por lo que necesitan la ayuda de protistas flagelados simbiontes que albergan en su intestino, denominado proctodeo. Algunas han adquirido incluso colonias bacterianas en la boca para degradar lignina. Las hormigas por su parte tienen una alimentación mucho más variada, puesto que incluye granos, vegetales, sustancias azucaradas o proteínas animales. Sí se asemejan en el hecho de que en ambos grupos de insectos podemos encontrar ejemplos de “agricultura animal”, puesto que se da, tanto en hormigas como en termitas, el cultivo de hongos para su alimentación. En las hormigas también ocurren casos de “ganadería”, mediante el cuidado y protección de pulgones de los que obtienen melaza.
Para finalizar, indicaremos que las termitas son más propias de regiones templadas y húmedas, encontrándose la mayor diversidad de especies en regiones tropicales y subtropicales. Las hormigas son mucho más cosmopolitas, estando presentes en casi todas las zonas terrestres del planeta, a excepción de la Antártida. Concretamente en España podemos encontrar cuatro especies diferentes de termitas; mientras que las hormigas superan las 300 especies.
Como vemos, se trata de dos grupos de insectos muy característicos y exitosos, que pueden ocasionarnos, a veces, problemas de plagas. Por eso, ante esta situación, puedes contar con los servicios de desinsectación que la empresa Biodal Control Ambiental ofrece en Madrid.