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Formas de comunicación en las plagas: chinches de cama

Comunicación química en las chinches de cama.

31 Enero, 2018

Continuamos con la serie de artículos dedicada a hablar sobre distintas formas de comunicación que presentan los organismos nocivos. Como hemos visto, el estudio y conocimiento de estos mecanismos es útil para el desarrollo de materiales, productos o técnicas a emplear en el control de plagas. También para conseguir que cualquier tratamiento de desinsectación o desratización que se aplique, resulte efectivo. En este artículo abordaremos los mecanismos comunicativos de un insecto que actualmente causa graves problemas de plagas urbanas, las chinches de cama.

Las chinches de cama (Cimex lectularius), plaga emergente de nuestra sociedad globalizada, son de los insectos que más cuesta erradicar. Su biología, su comportamiento y la aparición de resistencias frente a biocidas, hacen que su control sea muy complicado, y en la mayoría de las ocasiones sólo resulte exitoso si es llevado a cabo por personal altamente especializado. Por eso, cualquier descubrimiento sobre ellas es interesante a la hora de desarrollar herramientas que puedan emplearse en su eliminación.

Uno de los aspectos que las caracteriza es su capacidad de agregación, similar a la que presentan las cucarachas. La vida en grupo proporciona a las chinches una serie de ventajas. Desde que emergen del huevo, estos insectos pasan por cinco fases ninfales hasta llegar al adulto. Todas y cada una de esas ninfas necesitan alimentarse para completar sus mudas y llegar al estadio siguiente. Estos insectos son parásitos obligados de los humanos, ya que se nutren exclusivamente de nuestra sangre; por lo que el agrupamiento facilita la localización de personas.

Se sabía que diferentes glándulas localizadas en distintas partes del cuerpo de las chinches son las responsables de la producción de las denominadas feromonas de agregación. Esta comunicación química de los insectos es la responsable del característico olor dulzón que puede detectarse en aquellas viviendas que sufren una infestación. Sin embargo, una investigación llevada a cabo por la Universidad de California hace casi dos años comprobó que las exuvias, o restos de las cutículas que se desprenden de las chinches al mudar, poseen también glándulas abdominales dorsales que almacenan y liberan gradualmente estas sustancias de agregación. Los investigadores consiguieron identificar hasta cuatro aldehídos volátiles presentes en estos restos de mudas y demostraron que las chinches tendían a agregarse cerca de éstos o de trozos de algodón impregnados con olores sintéticos similares. Este descubrimiento puede ser la base para el desarrollo de trampas de captura eficaces para la monitorización o el control de infestaciones por chinches de cama.

Por otro lado, las chinches también se comunican químicamente entre sí a través de la emisión de feromonas de alarma. Por lo general, estos insectos pasan el día escondidos en sus refugios, como pueden ser los pliegues de los colchones, el cabecero de la cama, el somier, los enchufes, grietas u otras hendiduras. Durante la noche, mientras sus víctimas humanas duermen, es la única ocasión en la que abandonan su escondite para alimentarse de la sangre de éstas, provocando importantes picaduras. A parte de este momento, sólo cuando las chinches son molestadas o se encuentran excitadas se las puede observar moviéndose libremente. Estos movimientos son inducidos al segregar los insectos esas feromonas de alarma.

El hecho de que las chinches de cama pasen la mayor parte del tiempo protegidas en sus refugios, complica las labores para su erradicación, puesto que allí pueden eludir la acción de los productos biocidas u otras técnicas; haciendo, por tanto, que los tratamientos resulten infructuosos. Varios estudios han conseguido identificar y aislar determinados compuestos constituyentes de estas feromonas de alarma. La aplicación de dichos productos en una habitación infestada, de manera conjunta con otros métodos o técnicas de control de chinches de cama, ya sean químicos o térmicos, haría salir a los insectos de sus escondrijos. De esta forma, éstos entrarían en contacto con los productos biocidas, el frío o el calor aplicados, aumentando el éxito de los tratamientos.

Dada la dificultad para eliminar chinches de cama, te recomendamos contar siempre con un profesional. Biodal Control Ambiental ofrece los más efectivos tratamientos de desinsectación en Madrid.