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Madagascar logra controlar el brote de peste

Las ratas son los principales reservorios animales de la peste

21 Diciembre, 2017

Existen ciertas enfermedades transmitidas por organismos plaga que pueden parecernos erradicadas hoy en día; patologías que constituyeron epidemias en el pasado y que afectaron gravemente a la población hace cientos de años. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, puesto que algunas de ellas todavía tienen prevalencia en la actualidad en determinadas zonas, originando brotes infecciosos más propios de otros tiempos; aunque, por fortuna, no tan devastadores. Un ejemplo de ello lo encontramos en la peste, enfermedad infecciosa que, a lo largo de la historia, ha diezmado las poblaciones humanas en varias ocasiones. Prueba de que no es una enfermedad que haya desaparecido, lo tenemos en un brote ocurrido recientemente en la isla de Madagascar.

La peste es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Yersinia pestis, cuyo vector de transmisión son las pulgas, insectos del Orden Siphonaptera (Pulex irritans, Xenopsylla cheopis, etc.); y que se suele encontrar en pequeños mamíferos como los ratas, los cuales actúan como reservorios del microorganismo. En concreto, el ser humano puede contraerla a través de la picadura de pulgas infectadas, por contacto directo con líquidos corporales o materiales contaminados o bien mediante la inhalación de gotas o partículas respiratorias de pacientes afectados por peste neumónica. Esta última es una de las dos formas clínicas principales que presenta la enfermedad, junto con la peste bubónica, la más frecuente y caracterizada por la tumefacción de los ganglios linfáticos. Existe otra tercera forma, menos común y más grave, la septicémica, que ocurre cuando las bacterias invaden el torrente sanguíneo.

La peste puede considerarse una enfermedad bastante grave para el ser humano. En ausencia de tratamiento, el cual consiste en la administración de antibióticos, presenta una tasa de mortalidad que oscila entre el 30 y el 100 %. La forma neumónica es además especialmente contagiosa, por lo que puede desencadenar epidemias graves por transmisión entre humanos. Para hacernos una idea de su prevalencia hoy en día, según datos de la OMS, entre los años 2010 y 2015 se notificaron un total de 3248 casos de peste a nivel mundial, de los cuales 584 resultaron mortales.

La enfermedad, como afección animal, está presente en todos los continentes a excepción de Oceanía, por lo que para las poblaciones humanas existe riesgo allí donde ocurran focos naturales. África, Asia y Sudamérica son las zonas en las que actualmente se registran la mayoría de casos de esta patología, apareciendo de forma excepcional en los EEUU. En Europa no se registran episodios de peste desde mediados del siglo pasado. Los países donde tradicionalmente la peste es endémica, son la República Democrática del Congo, Perú y Madagascar. Precisamente este último país insular ha sufrido este año un brote de peste sin precedentes.

Entre el 1 de agosto y el 22 de noviembre, el Ministerio de Salud Pública de Madagascar informó de un total de 2348 casos de peste confirmados en su territorio, de los cuales 202 fueron mortales. El brote ha resultado ser excepcional por la velocidad con la que se ha extendido y por su alcance, afectando a áreas no endémicas como las ciudades densamente pobladas. La mayoría de los pacientes identificados, además de sus contactos, han recibido tratamiento médico. Esto, junto con las medidas que se han tomado para contener el brote y los esfuerzos realizados tanto a nivel nacional como internacional, han conseguido que el número de infectados en las últimas semanas haya disminuido considerablemente. La OMS afirma que lo peor del brote ha pasado y que la enfermedad está decelerando, aunque todavía se seguirán registrando nuevos casos en los próximos meses. El organismo denuncia la falta de fondos económicos para la investigación, prevención y respuesta ante la peste, lo cual ha supuesto que una enfermedad propia de la Edad Media, con tratamiento, haya matado a más de 200 personas en el año 2017.

Una de las medidas necesarias para luchar contra esta enfermedad es, desde luego, el control de sus principales reservorios animales y de su vector de transmisión. Por tanto, la eliminación de ratas y de pulgas resulta fundamental para erradicarla. Estos tratamientos de desratización y desinsectación forman parte del catálogo de servicios que Biodal Control Ambiental realiza como empresa de control de plagas.