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Breve introducción al comportamiento social en los insectos

Las abejas son uno de los ejemplos de comportamiento social más complejo en el mundo animal.

14 Septiembre, 2017

El grupo de los insectos se caracteriza por ser el conjunto de animales con mayor diversidad del planeta. Son muy abundantes y habitan casi todos los ambientes de la Tierra, incluidos los océanos. Dentro de esta enorme variedad, algunos grupos han desarrollado un tipo de comportamiento particular que les hace ser tremendamente exitosos. Hablamos de los insectos sociales, una forma de vida que va incluso más allá de la simple cooperación. Los ejemplos más conocidos son las hormigas y las abejas; pero existen otros casos que veremos a continuación.

En primer lugar, conviene diferenciar los diferentes tipos de comportamiento social en los insectos. Muchos de estos artrópodos presentan una forma de vida solitaria, mientras que otros adquieren diferentes grados de interacción social. Los hay subsociales, donde los adultos cuidan de su prole sólo por algún tiempo (cucarachas); comunales, que utilizan el mismo nido pero no cooperan para cuidar a las crías (abejas excavadoras); cuasisociales, donde los insectos comparten nido y cuidado de crías (abejas de las orquídeas); o semisociales, como los anteriores pero presentando además una casta de obreras (abejas de la Familia Halictidae). Sin embargo, en otros insectos se da el nivel de organización más alto y complejo que puede encontrarse en el reino animal. Se le conoce con el término de eusocialidad.

En los insectos eusociales tiene lugar el cuidado cooperativo de las crías por parte de la colonia, que se encuentra dividida en distintas castas, cada una con una función determinada dentro de la misma. Algunas de esas castas son estériles, dando lugar a lo que se conoce como altruismo reproductivo, mediante el cual ciertos individuos sacrifican la posibilidad de engendrar su propia descendencia en beneficio de la colonia. Esas castas estériles por lo general son hijas de la reina. Además, existe un solapamiento de generaciones, con una longevidad elevada de la casta reproductora.

Dependiendo de la especie de insecto social que se trate, pueden distinguirse varias diferencias con respecto a la estructura de la colonia. Ésta puede ser fundada por una única reina o por más de una. El número de reinas en la colonia madura es también variable (una en las especies denominadas monoginias o varias en las poliginias). También puede haber diferencias en cuanto a la presencia o no de obreras totalmente estériles o en el grado de dimorfismo entre las castas. El tamaño de las colonias es muy variable, encontrándose especies con sólo una decena de ejemplares, hasta otras con millones de individuos.

La mayoría de los insectos eusociales pertenecen a dos órdenes. En primer lugar está los himenópteros (Hymenoptera), con aproximadamente unas 15.000 especies diferentes que presentan esta forma de vida. Aquí encontramos a las hormigas, abejas, avispas y abejorros. El otro es el de los isópteros (Isoptera) que engloba a las termitas. Ambos grupos presentan notables diferencias. En los isópteros ambos sexos son diploides, mientras que en los himenópteros los machos son haploides y las hembras diploides. Las termitas son hemimetábolas, con metamorfosis gradual sin estado de pupa; los himenópteros son holometábolos, con metamorfosis completa, lo que implica mayor cuidado parental que en los anteriores. Los machos reproductivos de los isópteros participan en el cuidado de la colonia, permaneciendo con la reina toda la vida. En los himenópteros no existen estos “reyes consortes”. Las castas de obreras y soldados son de ambos sexos en las termitas, mientras que en los himenópteros son sólo hembras. Hay que decir que todas las especies de hormigas y termitas presentan un comportamiento eusocial, mientras que algunas especies de avispas y abejas son solitarias o muestran otras formas de organización social.

Fuera de estos dos grupos, existen otros insectos que han desarrollado también este grado máximo de comportamiento social. Determinados áfidos (pulgones), ciertos escarabajos o algunos tisanópteros, denominados trips, que son plagas de determinados cultivos; son eusociales. Se trata pues de una forma de vida casi exclusiva de estos artrópodos. Sólo existen dos excepciones más dentro del reino animal. Ciertas especies de gambas y dos especies de las denominadas ratas topos, son verdaderamente eusociales. Esta conducta social tan avanzada supone todo un reto a la hora de llevar a cabo el control de plagas de insectos como las hormigas, las avispas o las termitas. Por eso, ante cualquier problema, cuenta siempre con profesionales cualificados.