Plagas de un cultivo en alza: el pistacho

25 Mayo, 2017

La crisis económica ha golpeado con fuerza muchos sectores durante estos últimos años. La agricultura también se ha visto afectada, aunque su situación depende de múltiples variables fuera de lo estrictamente económico. Su rendimiento está sujeto a otros factores, principalmente relacionados con las condiciones meteorológicas y a la incidencia de las plagas. Por todo ello, el campo español busca constantemente cultivos alternativos al olivar, la vid o el cereal, que sean retables. Si hace unos años el almendro parecía ser la gran esperanza de los agricultores españoles, actualmente es el pistacho el que está viviendo un auténtico boom. Tal es así que se le denomina como el nuevo oro verde español, capaz de asegurar el futuro de determinadas zonas agrícolas rurales, puesto que es sostenible e independiente de las ayudas de la PAC. Pero como cualquier otro tipo de cultivo, y más ahora que está creciendo en extensión, también tiene sus plagas específicas.

En España, existen en la actualidad algo más de 12.000 hectáreas de pistachero, casi todas concentradas en Castilla-La Mancha (hasta un 80% del total) y la mayoría plantadas en los últimos años. El pistacho es un fruto de origen semidesértico; por tanto, con pocos requerimientos de agua. Irán y California (EEUU) son los mayores productores a nivel mundial. En Europa, España es el país que presenta las mejores condiciones climáticas y geológicas para su producción; sin embargo, sólo concentra el 0,02% del total. Regiones españolas como la propia Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía, Madrid o Aragón son propicias para este tipo de cultivo, tanto en secano como en regadío. Su rentabilidad es elevada, debido a la gran demanda mundial del producto y lo reducido de su oferta, aunque ésta tarda en llegar unos seis años desde el inicio de la explotación del terreno. Todas estas razones han propiciado la multiplicación de las hectáreas dedicadas a su cultivo en España en los últimos años.

Por el momento, no son muchas las plagas referidas en la bibliografía que pueden atacar a este tipo de plantación. Una de las que mayor incidencia está teniendo en la actualidad, es la del escarabajo Clytra longimana, coleóptero de la Familia Chrysomelidae. Este insecto se encuentra de manera natural en plantas autóctonas ibéricas como el lentisco o la cornicabra, que pertenecen al mismo Género que el pistachero (Pistacia). En el mes de mayo, los adultos se concentran en los árboles para aparearse, alimentándose mientras tanto de tallos y hojas. El daño no es demasiado severo para ejemplares de gran porte, pero puede ser especialmente grave para injertos o pistacheros jóvenes. Para su tratamiento se recomienda la aplicación de insecticidas a base de piretrinas.

Se cita también como plaga del cultivo del pistacho distintas especies de escolítidos (Géneros Scolytus, Xyleborus, Hylesinus, etc.), coleópteros perforadores conocidos popularmente como barrenillos. Estos escarabajos afectan también a frutales de hueso y pepita o al olivo. Las larvas excavan galerías en la madera de los árboles, dificultando la circulación de la savia y debilitando los ejemplares. Suelen verse afectados en primer lugar los árboles poco vigorosos o enfermos. Los árboles bien podados y correctamente abonados serán menos propensos a sufrir daños por estos escarabajos. Por otro lado, distintas especies de chinches fitófagas, como la chinche verde (Nezara viridula), también pueden provocar daños en estas plantaciones, en este caso al perforar la cáscara del pistacho cuando todavía se encuentra blanda. En último lugar, decir que algunas especies de pulgones de la Familia Aphididae, con capacidad de originar agallas en las plantas de las que se alimentan, son citadas como plaga de los pistacheros.

A pesar de las pocas referencias en español que actualmente se encuentra sobre los organismos nocivos del pistacho, es lógico pensar que, a medida que se vayan extendiendo sus plantaciones, aumentará la cantidad y calidad de la información referida a los mismos; puesto que resultará del interés de los propios agricultores. Además, al aumentar el número de hectáreas cultivadas con pistacheros, se elevará también la cantidad de insectos y otros organismos que pueden prosperar a expensas de los mismos; por no hablar de la más que previsible llegada de plagas exóticas por el transporte de material vegetal procedente de otras regiones pistacheras del planeta.