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Las gaviotas de la Comunidad de Madrid

Las gaviotas forman ya parte del paisaje de la ciudad de Madrid durante el invierno

09 Marzo, 2017

Aquí no hay playa” cantaban a finales de la década de los 80 el grupo de pop español The Refrescos. El conocido tema musical hablaba sobre uno de los mayores “inconvenientes” de la ciudad de Madrid durante el verano, la ausencia de playa. Sin embargo, durante el invierno, los madrileños cohabitan con uno de los elementos más característicos de las zonas costeras: las gaviotas. Aunque haya gente a la que le extrañe que en una localidad del interior peninsular puedan encontrarse este tipo de aves, lo cierto es que miles de ejemplares, de distintas especies, pueden observarse durante la época invernal; incluso en pleno centro de la capital. Y no es un hecho ocasional, puesto que cada año su población aumenta significativamente; lo que por otro lado, empieza a ocasionar algunos problemas. ¿Nos encontramos ante una nueva plaga en Madrid?

La presencia de gaviotas en la Capital ya estaba documentada desde mediados del siglo pasado. Durante los inviernos de 1954 y 1955 se llevó a cabo un estudio sobre las aves invernantes en el lago de la Casa de Campo donde, entre otras especies, se censaron unos mil ejemplares de gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus) que utilizaban este enclave como dormidero. Décadas después, en los años 80, fueron detectadas las primeras gaviotas sombrías (Larus fuscus) de la Comunidad de Madrid. En la actualidad, el número de ejemplares de la población madrileña de ambas especies puede alcanzar varios cientos de miles. Tal es así que se han convertido en un elemento más del paisaje de la ciudad durante los meses más fríos.

Estas aves suelen elegir para su descanso nocturno las lagunas de la gravera de El Porcal, en Rivas-Vaciamadrid, y los embalses de Santillana, El Pardo y Valmayor. Desde esos lugares, se dirigen cada mañana a alimentarse en los vertederos de Vademingómez, Colmenar Viejo, Pinto, Alcalá de Henares y Mejorada del Campo. Aquí encuentran fácilmente todo lo que necesitan, tanto residuos orgánicos frescos como materiales duros que les ayudan a triturar la comida. Durante estos desplazamientos diarios, suelen seguir los cursos de los ríos, por eso son tan fácilmente observables en el Manzanares. Aparte de las numerosas bandadas que pueden observarse en pleno vuelo por toda la ciudad, se las puede ver en múltiples estanques y lagos urbanos. Además, son especialmente abundantes a lo largo de Madrid-Río, entorno a los contenedores de mercancías de la estación de ferrocarril Madrid-Abroñigal, junto a Méndez Álvaro, o en la estación depuradora conocida como La China.

Las dos especies de gaviota más numerosas en Madrid son las anteriormente citadas, aunque no las únicas. También pueden observarse, aunque en menor número, ejemplares de gaviota patiamarilla (L. michahellis), gaviota argéntea (L. argentatus), gaviota cabecinegra (L. melanocephalus), gaviota cana (L. canus) e incluso la más rara gaviota groenlandesa (L. glaucoides). A pesar de lo que pudiera parecer, la mayoría de estas aves no procede de las costas españolas, sino del norte de Europa, principalmente del mar Báltico. Aunque como ha pasado también con la cigüeña blanca, algunos ejemplares se han hecho residentes, puesto que aprovechan al máximo la abundancia de recursos que les proporciona la comunidad madrileña.

Estas migraciones invernales suponen una buena noticia para la biodiversidad de las grandes ciudades. Sin embargo, con el aumento del número de gaviotas que ha tenido lugar en Madrid en los últimos años, es lógico que aparezcan también los problemas. La insalubridad y/o el daño a infraestructuras como consecuencia de los restos de su actividad, principalmente excrementos, en aquellos lugares donde se concentran en gran número, es un hecho. También, dada la gran voracidad de estas aves, se ha dado algún caso curioso de robo de pescado en las instalaciones de Mercamadrid, llegando incluso a atacar a personas mientras realizaban la carga/descarga de mercancías.

¿Cómo evolucionarán las poblaciones de estas aves? ¿Seguirá aumentando su número? ¿Se verán afectadas por el cierre previsto de alguno de los vertederos? Independientemente de estas cuestiones, las gaviotas se han convertido ya en un elemento más de la fauna madrileña.