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Nueva clasificación toxicológica de los rodenticidas anticoagulantes

Rodenticidas anticoagulantes clasificados como tóxicos para la reproducción

16 Febrero, 2017

Los rodenticidas son productos químicos de uso generalizado entre los profesionales del sector de control de plagas y el público en general, para regular poblaciones de ratas y ratones. Están compuestos por distintas materias activas (bromadiolona, brodifacoum, difenacoum, etc.) formulados a distintas concentraciones. Mezclados con diferentes excipientes y atrayentes para hacerlos apetecibles, son comercializados en varios tipos de formatos: bloque, gel, pellets, pasta fresca, grano e incluso líquido.

En su mayoría, los rodenticidas tienen una acción anticoagulante sobre aquellos roedores que los consumen. En concreto, afectan al hígado del animal, donde inactivan la enzima encargada del metabolismo de la vitamina k, provocando una grave hemorragia interna. En la actualidad, los rodenticidas que se emplean con mayor frecuencia son los denominados de segunda generación, caracterizados por poder lograr el efecto letal en ratas y ratones con la ingestión de una sola dosis, provocando en consecuencia su muerte varios días después de su consumo.

En relación con estos productos, el pasado 19 de julio, el Reglamento 2016/1179 de la UE modificó la clasificación, de algunos rodenticidas anticoagulantes con concentraciones iguales o superiores al 0,003%, a Tóxicos para la Reproducción. Esta denominación implica que son sustancias que pueden producir efectos adversos sobre la función sexual y la fertilidad de hombres y mujeres adultos, así como sobre el desarrollo de sus descendientes. En concreto, las materias activas limitadas son ocho: brodifacoum, bromadiolona, clorofacinona, cumatetralilo, difenacoum, difetialona, flocoumafen y warfarina. La decisión no está exenta de polémica ya que hay voces que afirman que esta limitación de los anticoagulantes es precipitada, puesto que no hay evidencias científicas suficientes de estos efectos sobre la reproducción. Aún con todo, la regulación ha sido aprobada y afecta a gran parte de los productos rodenticidas anticoagulantes que se comercializan actualmente, al estar formulados con esos ingredientes activos en concentraciones superiores al límite establecido. Por tanto, ¿Qué es lo que va a pasar a partir de ahora con estos productos? ¿Cómo nos va a afectar a las empresas de control de plagas? ¿Y a los clientes, va a influir en los resultados de los tratamientos? Trataremos de dar respuestas a estas cuestiones a continuación.

Por un lado, para seguir utilizando estos rodenticidas en igual o superior concentración a la fijada, la normativa establece que se debe disponer de un nivel especial de formación “en productos Muy Tóxicos (T+) y Carcinógenos, Mutágenos y Tóxicos para la reproducción (CMRs)”. Esto quiere decir que sólo podrán ser utilizados por profesionales que dispongan de dicha capacitación y su uso no estará permitido a nivel doméstico. Las empresas de control de plagas nos veremos obligadas en ese caso a disponer y cumplimentar el Libro Oficial de Movimientos Biocidas, a ampliar nuestra autorización en el ROESB y a tomar las medidas necesarias para su almacenamiento. De todas formas, se establece un periodo de adaptación, puesto que el Reglamento no es aplicable hasta el 1 de marzo de 2018.

Como alternativa a esta situación, se espera que los distintos fabricantes ofrezcan formulados con concentraciones inferiores al 0,003%, tanto a nivel profesional como sobretodo doméstico, manteniendo también los productos actuales. Diferentes ensayos reflejan que estas reducciones no tienen por qué afectar a la efectividad de los rodenticidas. De hecho, la difetialona se comercializa a una concentración de 0,0025% y es efectiva. Sin embargo, sí se espera que aumente el tiempo transcurrido entre la ingesta y la muerte del roedor. Los rodenticidas de primera generación, como la warfarina, tendrán más problemas a esas menores concentraciones; ya que puede ser que el roedor no llegue a acumular en su organismo la cantidad suficiente de materia activa para que ésta sea efectiva, por lo que deberá aumentarse la palatabilidad del producto en compensación. Este hecho supondrá que no puedan ser comercializados para el público en general, quedando restringidos al uso profesional. En cuanto a la aparición de resistencias, la disminución en la concentración de la materia activa no tendrá incidencia, puesto que se trata de un fenómeno con base genética. Por último, hay que señalar que existen otros rodenticidas no anticoagulantes como la alfacloralosa, muy eficaz en ratones, una opción más a tener en cuenta en el control de roedores.

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