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El uso de trampas en el control de plagas (II)

Diferentes modelos de trampas para ratas, ratones e insectos voladores empleados en control de plagas.

11 Enero, 2017

Continuamos hablando sobre el uso de trampas y monitores por parte de las empresas del sector de la sanidad ambiental. En el anterior post hicimos un pequeño resumen de las que se emplean con mayor frecuencia durante los servicios de desinsectación. En el presente artículo vamos a completar esa lista con aquellas trampas que se utilizan para el control de plagas forestales y de cultivos, así como con aquellas que forman parte de las labores de desratización y de control de aves.

En el ámbito fitosanitario, las trampas suelen emplearse para la monitorización de los cultivos. Con ellas se puede detectar que especie concreta es la que está atacando a las plantas y cuándo lo hace, obteniendo una valiosa información temprana con la que se programan con mayor precisión los tratamientos a realizar. De esta forma, éstos serán mucho más efectivos, y en el caso de que se aplique producto químico, permitirá reducir notablemente la cantidad a emplear; lo que en definitiva supondrá un beneficio para el medio ambiente. Suelen consistir en láminas adhesivas u otros dispositivos en los que los insectos quedan atrapados tras ser atraídos por colores llamativos, generalmente el amarillo, o cualquier otro atrayente, bien sea de tipo alimenticio o sexual. En algunos casos, el trampeo masivo es una alternativa real al uso de fitosanitarios, por ejemplo a la hora de controlar insectos especialmente dañinos para el campo como la mosca mediterránea de la fruta (Ceratitis capitata).

Con respecto a las plagas forestales, o a aquellas que afectan a árboles urbanos, también se utilizan trampas para el control y seguimiento de numerosas especies nocivas. Una de las más habituales es la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa). Por un lado, existen trampas para el control del adulto, es decir, de la mariposa. Consisten en unos dispositivos a modo de bolsa que se colocan en las ramas, cargados con una feromona de atracción sexual para capturar machos, evitándose así la cópula. Al ser una trampa para el control de los adultos deberá instalarse en el momento del ciclo en el que éstos estén presentes, es decir, al final del verano, durante los meses de agosto y septiembre. Por otro lado, también podemos encontrar trampas para atrapar a las orugas cuando bajan en procesión por los troncos de los pinos para enterrarse y pupar. Se trata de una especie de collar a modo de embudo que rodea por completo el tronco del árbol y que retiene e impide el paso de las larvas. Puede completarse con un tubo, hacia el que son dirigidas las orugas, y que desciende hasta una bolsa donde éstas caen. No necesita, por tanto, ningún tipo de atrayente y debe ser instalada a finales del invierno, principios de la primavera, según el ciclo de esta especie. Otro ejemplo de este tipo son las trampas para monitoreo y capturas masivas del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus). También suelen cargarse con una feromona propia del insecto pero en este caso es de agregación, para ambos sexos, y la trampa se instala semienterrada en el suelo.

En el caso de los roedores, existen distintas modalidades de trampas para eliminar ratas y ratones. Así, podemos emplear trampas adhesivas, cepos o jaulas de captura. Todas ellas van acompañadas de su atrayente correspondiente que podrá ser natural o sintético, sólido o líquido. Por supuesto, para que sean efectivas se colocan en condiciones adecuadas de limpieza, en ausencia de restos de alimentos y agua para evitar fenómenos de competencia alimentaria. Otras más sofisticadas son las trampas de captura múltiple, las cuales mediante un mecanismo interior permiten atrapar varios ejemplares, o los dispositivos automáticos de eliminación de roedores, que utilizan descargas eléctricas o métodos físicos.

Por último, en el control de aves se utilizan trampas de captura principalmente para la reducción de sus poblaciones. Éstas pueden ser metálicas, para multicapturas, en forma de jaulas de grandes dimensiones; o también redes o mallas de nylon para atraparlas en el acto.

En definitiva, todas estas herramientas contribuyen a minimizar la aplicación de biocidas, principalmente durante las labores de desinsectación y desratización. Por supuesto, Biodal Control Ambiental, tu empresa de control de plagas en Madrid, también las utiliza en sus servicios