Contacte con nosotros

Especialistas en control de plagas. Resultados garantizados, al mejor precio.

Una especie de libélula, el insecto que realiza la migración más larga

Ejemplar adulto de la libélula Pantala flavescens, el insecto con la migración más larga

17 Marzo, 2016

Cuando se habla del fenómeno de las migraciones, en la mayoría de las ocasiones se ilustra con ejemplos pertenecientes al mundo de las aves fundamentalmente. Especies tan dispares como las grullas, los vencejos o los pingüinos son capaces de recorrer enormes distancias cada temporada para reproducirse o alimentarse. También entre los mamíferos podemos citar varios casos: los ñus en África o los renos de la tundra y la taiga en el Hemisferio Norte. Sin embargo, en el mundo de los insectos, a priori, parece más complicado encontrar ejemplos de animales que lleven a cabo grandes migraciones; pero los hay.

Hasta ahora se creía que la mariposa monarca (Danaus plexippus) era el insecto que realizaba la migración más extensa y en mayor número de toda la Clase. Estos lepidópteros recorren hasta 4.000 kilómetros para hibernar, desde el sur de Canadá y norte de EEUU hasta México. Incluso son capaces de afrontar viajes transoceánicos si los vientos son favorables, llegando hasta las Canarias y el sur de la Península Ibérica.

Sin embargo, un reciente estudio publicado por la revista PLOS ONE y realizado por investigadores de la Universidad de Rutgers, en EEUU, afirma que la libélula Pantala flavescens la ha destronado como el insecto que puede recorrer volando la distancia más larga del mundo. Concretamente, el odonato es capaz de cruzar el océano Índico. Una vez al año se desplazan desde India, durante la estación seca, hasta África, en plena estación húmeda, para reproducirse. Durante este viaje recorren más de 7.000 kilómetros, casi el doble que la mariposa. Y esto solamente en una de las rutas que se ha analizado, de las varias que se cree que realiza a lo largo de todo el planeta.

Esta migración reproductiva es vital para la especie, pero no todos los ejemplares ejecutan el mismo plan de vuelo. Los más fuertes realizan el viaje del tirón, ayudados por corrientes de aire o incluso por vientos huracanados; planeando la mayor parte del tiempo para así ahorrar la mayor cantidad posible de energía. Las demás suelen quedarse por el camino, buscando cualquier lugar que albergue agua fresca para reproducirse y poner sus huevos. Cuando las nuevas libélulas emerjan, se unirán a sus congéneres en esta ruta migratoria global. A pesar de que muchas de ellas mueren en el intento, el viaje es imprescindible para su supervivencia.

Dada la imposibilidad de radiomarcar a las libélulas, los investigadores han empleado una técnica muy diferente para poder evidenciar esta migración. A través de pruebas de ADN, han encontrado un perfil genético similar en las poblaciones de P. flavescens de lugares tan distantes como Texas, Canadá, Japón, Corea, India o Sudamérica. Los autores afirman que compartir un mismo perfil genético, sólo puede explicarse si los insectos se entremezclan, dando como resultado un cruce de genes a lo largo de grandes extensiones geográficas. Por ello, las libélulas estarían recorriendo enormes distancias, mezclándose unas con otras, generando en el proceso una única variación genética para todas las poblaciones de la especie en el planeta.

Una nueva prueba de las extraordinarias capacidades de los insectos; animales con un gran éxito adaptativo, capaces de realizar grandes proezas a pesar de su reducido tamaño. No es de extrañar, por tanto, que supongan siempre un reto a afrontar por parte de las empresas del sector de control de plagas.