El misterio de la reaparición de la mosca extinta

12 Febrero, 2016

A pesar de la enorme diversidad de especies vivas que habitan el planeta Tierra, se podría pensar que a estas alturas ya no queda ningún espécimen por identificar o catalogar. Pero esto no es así ni mucho menos, puesto que la ciencia está continuamente descubriendo nuevas especies animales o vegetales. Incluso en medio de lo que algunos califican como la Sexta Extinción Masiva del Planeta, de origen antrópico, se redescubren especies que se creían extintas. Esto es lo que ha ocurrido precisamente en España con una mosca de la que no se tenían noticias desde hacía más de 150 años.

Se trata de Thyreophora cynophila, un díptero de la familia Piophilidae y de costumbres necrófagas. Es decir, las hembras depositan los huevos sobre cadáveres de animales, alimentándose las larvas, al eclosionar, de los tejidos blandos; contribuyendo de esta manera a su descomposición. Dicha mosca fue descubierta por un entomólogo alemán en 1798 y, clásicamente, se ha descrito como propia de los climas fríos de Centroeuropa. A pesar de la escasa información que se tiene de ella, puesto que las observaciones de ejemplares tienen lugar en la estación fría, entre finales de otoño y principios de primavera, principalmente tras la fusión de la nieve, se considera el año 1849 como la última cita de la especie en campo. Por todo ello, en 2007, tras casi 160 años sin tener noticias de la mosca, fue incluida en una lista de animales extinguidos en Europa. Así, fue considerada como el primer caso de erradicación de un díptero por los humanos en tiempos históricos, como consecuencia de las cada vez menores poblaciones europeas de grandes carnívoros y de las restricciones sanitarias impuestas sobre los cadáveres de animales procedentes de la ganadería. (1)

Pero por sorpresa, ese mismo año, fueron capturados 6 ejemplares en dos localidades de la Sierra de Guadarrama, en su vertiente madrileña, mientras se realizaba un estudio sobre dípteros sarcosaprófagos de esta comunidad. Posteriormente, en el invierno de 2009-2010 fueron recogidos casi 90 individuos en La Rioja. A partir de ese momento, se incrementaron las labores de búsqueda y se ha citado también en Segovia, Guadalajara, Zaragoza, Soria, Cuenca, León y Gerona. Recientemente, la Universidad de Salamanca ha confirmado la reaparición de la especie al hallarla en una nueva localización: 7 ejemplares adultos en la localidad palentina de Velilla del Río Carrión. Por tanto, si se considera extinta la población de Europa central, se podría afirmar que T. cynophila se distribuye exclusivamente en la actualidad por el centro y norte de España.

Los investigadores afirman que es difícil explicar la ausencia de citas durante todos estos años, más teniendo en cuenta que se trata de una especie fácilmente identificable. La hipótesis sobre la aparición de la mosca en nuestro país es que T. cynophila puede estar colonizando nuevas zonas, ya sea por causas naturales o antrópicas. Las variaciones del clima o la disponibilidad de cadáveres al aire libre pueden tener relación con este hecho. Lo que sí sorprende es que esté apareciendo con temperaturas relativamente templadas y en altitudes no muy elevadas.

Una gran noticia la reaparición de esta esta especie de mosca. Y es que no todos los dípteros tienen que ser considerados como una plaga. En este caso hay que destacar su importante función, puesto que, tal y como se ha mencionado, interviene en la descomposición de los cadáveres, devolviendo los nutrientes a la cadena trófica, y al mismo tiempo eliminado los potenciales focos de enfermedades contagiosas que éstos suponen. Por no mencionar también su utilidad en el campo de la ciencia forense. 

Vídeo de un ejemplar adulto de T. cynophila

(1) Fernández Carro, J. 2013. Thyreophora cynophila (Panzer 1798). Un caso singular. Revista Argutorio.