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Cerdos vietnamitas asilvestrados: ¿La nueva plaga del campo?

Pareja de cerdos vietnamitas, animal con poblaciones asilvestradas en España

10 Diciembre, 2015

A principios de la década de los 90s, el actor norteamericano George Clooney se hizo muy popular por tener como mascota un cerdo vietnamita. Esto provocó que en todo el mundo se pusiera de moda este nuevo animal de compañía. Muchas personas, en su afán de competir por tener la mascota más original posible, los compraron en gran número; incluidos los habitantes de las grandes ciudades.

Pero por desgracia, como ha ocurrido con otras especies como los mapaches o las cotorras argentinas, llega un momento en que sus dueños se cansan de ellos. Algunos propietarios los han ido llevando a refugios de fauna, granjas o parques zoológicos; mientras que otros, los más irresponsables, han terminado abandonándolos en el campo. Esto es lo que ha ocurrido en los últimos años, por ejemplo, en España.

Los vietnamitas son una raza del cerdo (Sus scrofa domestica) que a su vez es la versión doméstica del jabalí (S. scrofa). Originarios del sureste asiático, son muy apreciados por su carne. Las sucesivas liberaciones han provocado que estos animales estén poco a poco estableciéndose en diversos ecosistemas naturales españoles, según confirmaba un estudio publicado en el año 2013. En dicho estudio, elaborado por Miguel Delibes-Mateos y Adolfo Delibes, se confirmaron 42 casos distintos en 17 comunidades.

Así, desde que en 2007 se produjera el primer avistamiento de un cerdo vietnamita en libertad en España, el número de casos ha crecido de forma considerable. De esta manera, se ha registrado su presencia por casi toda la geografía de nuestro país; si bien es cierto que las localizaciones son más frecuentes en regiones costeras próximas a grandes ciudades, especialmente en la zona de levante.

Pero no sólo se han establecido en áreas verdes periurbanas, sino que también se han detectado en zonas agroforestales, de matorral o bosques, lo que podría sugerir que han terminado colonizando también estos enclaves. Este hecho puede confirmarse por las observaciones frecuentes de hembras preñadas o con crías y también en la existencia de posibles híbridos de cerdos vietnamitas con jabalíes o con otras razas de cerdos. La hibridación con el jabalí debe todavía estudiarse mediante la realización de los pertinentes análisis genéticos; pero las características morfológicas de algunos ejemplares capturados (pequeño tamaño, morro achatado y pelo largo) podrían corroborarlo.

Puesto que la presencia de estos animales en los ecosistemas naturales es muy reciente, es pronto para valorar con precisión sus posibles efectos en el entorno. Aún así, si su número sigue aumentando, no sólo por los nuevos abandonos, sino también por su propia proliferación natural, pueden convertirse en una auténtica plaga. La hibridación podría llegar a ser un problema para la conservación genética de las poblaciones españolas de jabalí. Además, estos animales, en gran número, pueden causar daños a cosechas y a la vegetación autóctona. Por otra parte, pueden llegar a ser agresivos, transmitir diversas enfermedades y agravar aún más el problema de los accidentes de tráfico; causados por las elevadas densidades de ciertas especies de fauna silvestre, especialmente el jabalí, tema que desarrollaremos en próximos artículos.

Hasta ahora, desde algunas administraciones se han llevado a cabo o autorizado algunas batidas de cerdos vietnamitas o capturas de ejemplares mediante trampas. Sin embargo, desde diversos colectivos se exigen medidas más contundentes, como ha ocurrido recientemente en Asturias. Aún con todo, resulta fundamental la implantación de un sistema de seguimiento exhaustivo, que determine con precisión la distribución y abundancia de sus poblaciones. También se debe prevenir el abandono de las mascotas exóticas, aumentando las campañas de concienciación ciudadana e instaurando un sistema regulatorio mucho más estricto al respecto.

Un nuevo ejemplo de como el ser humano es causa directa de la mayoría de plagas que termina sufriendo. Además, ahora que se acercan las Navidades, donde las mascotas se convierten en un deseado regalo, resulta conveniente recordar que éstas no son juguetes y apelar siempre a la responsabilidad que conlleva su cuidado y mantenimiento.