Contacte con nosotros

Especialistas en control de plagas. Resultados garantizados, al mejor precio.

Europa inicia la regulación del consumo de insectos

Elaboración de un plato con insectos y otros artrópodos

22 Octubre, 2015

Los insectos son algo más que unos simples animales molestos. Además de su fundamental papel ecológico en los distintos tipos de ecosistemas, o su uso como eficaces armas en el control de plagas, también se les puede adjudicar otra importante función: servir de alimento.

La llamada entomofagia, el consumo de insectos por parte del ser humano, se practica en la actualidad en muchos países de todo el mundo, principalmente en regiones de Asia, África y América Latina. Aunque en Europa pueda resultarnos raro, e incluso desagradable, este tipo de alimentación complementa la dieta de aproximadamente 2.000 millones de personas en todo el mundo y ha estado presente desde siempre en la conducta alimentaria del hombre.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ya señaló en el año 2013 a través de un informe, y posteriormente en 2014 con un congreso internacional, la importancia de los insectos como despensa del futuro; además de posible solución ante el riesgo de hambrunas debidas al aumento exponencial de la población del planeta. Y es que se estima que a mediados de este siglo la población mundial alcance los 9.000 millones de personas, lo que puede ocasionar graves crisis alimentarias.

A raíz de esto, la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) ha publicado recientemente un informe encargado por la Comisión Europea para tratar de evaluar los posibles riesgos microbiológicos, químicos y ambientales derivados de la producción y consumo de insectos, ya sea directamente como alimento o bien para la fabricación de piensos para las mascotas y el ganado. Dicho informe suele ser el paso previo en Bruselas para dar vía libre a la comercialización de un determinado producto. De él se desprende que estos peligros potenciales pueden ser perfectamente prevenidos con medidas similares a las aplicadas con otros tipos de alimentos, ya sean controles higiénicos en los criaderos, condiciones correctas de envasado o información detallada sobre la cadena de comercialización. En cuanto a las reacciones alérgicas o intolerancias que el consumo de estos artrópodos pueda ocasionar, no son mayores que las producidas por otro tipo de carnes.

Uno de los puntos más polémicos es la aparición de priones, proteínas anormales que pueden causar enfermedades como la encefalopatía espongiforme bovina y la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en humanos. La EFSA concluye que la existencia de estas partículas infecciosas es igual o menor que al emplear otro tipo de piensos autorizados, siempre y cuando los sustratos de cría de los insectos no incluyan proteínas derivadas de los seres humanos o de rumiantes (estiércol). Aun así, se recomienda continuar con las investigaciones para mejorar la evaluación de todos estos tipos de riesgos.

En Europa, países como Bélgica u Holanda ya tienen regulada la producción y venta de alimentos elaborados a partir de insectos; en Francia está en estudio y en Reino Unido se aplica en la práctica. Con respecto a España, este tipo de comercio gastronómico está prohibido por el momento, a la espera de que la Unión Europea lo regule definitivamente a través de una norma. Este hecho ha provocado que determinados restaurantes mexicanos de nuestro país que servían insectos, los hayan tenido que retirar de sus menús y tiendas especializadas en la venta de alimentos elaborados hayan sido clausuradas.

Desde la FAO se defienden una serie de beneficios que la inclusión de insectos en la alimentación humana tiene para el medio ambiente, para la salud y el medio social. Desde su alto valor en proteínas y sus “grasas” saludables hasta el menor consumo de recursos y materias primas, así como la no producción de gases de efecto invernadero durante su cría. En definitiva, otra forma distinta de ver a los insectos, que aun así, y por suerte para empresas como la nuestra, nunca tendrá incidencia en la gestión de plagas.